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2 Reyes 11:12 - Biblia Castilian 2003

12 Joadá sacó entonces al hijo del rey, le puso la corona y el libro de la ley, lo proclamaron rey y lo ungieron. Luego batieron palmas y gritaron: '¡Viva el rey!'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Sacando luego Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Entonces Joiada sacó a Joás, el hijo del rey, puso la corona sobre su cabeza y le entregó una copia de las leyes de Dios. Lo ungieron y lo proclamaron rey, y todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces el sacerdote pidió al hijo del rey que se acercara, y le puso la corona y los brazaletes reales. Lo proclamaron rey y lo consagraron; todo el mundo aplaudía y gritaba '¡Viva el rey!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Sacó° luego al hijo del rey, le puso la corona, le dio el Testimonio,° y lo proclamó rey, y lo ungieron, y aplaudieron gritando: ¡Viva el rey!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Joadá sacó entonces al hijo del rey, le puso la corona y el libro de la ley, lo proclamaron rey y lo ungieron. Luego batieron palmas y gritaron: '¡Viva el rey!'.

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2 Reyes 11:12
45 Referans Kwoze  

Acerquéme a él y le maté, porque estaba cierto de que no hab a de sobrevivir a su ca da. Tomé luego la diadema que llevaba en la cabeza y el brazalete que ten a en el brazo, y se los he tra do aqu a mi se or'.


Quitó de la cabeza de Milcón la corona, que pesaba un talento de oro y ten a una piedra preciosa que David colocó sobre su cabeza, y se llevó, además, un inmenso bot n de la ciudad.


Jusay, el arquita, amigo de David, se presentó a Absalón y le dijo: '¡Viva el rey! ¡Viva el rey!'.


Llegaron luego los hombres de Judá y ungieron all a David como rey de la casa de Judá. Le comunicaron entonces a David la noticia de que los de Yabés de Galaad hab an dado sepultura a Saúl;


Ahora, pues, que recobren vigor vuestros brazos y sed valientes; pues, muerto Saúl, vuestro se or, la casa de Judá me ha ungido por rey suyo'.


Se presentaron, pues, todos los ancianos de Israel ante el rey en Hebrón. El rey David pactó alianza con ellos en Hebrón, en presencia de Yahveh, y ellos ungieron a David por rey de Israel.


Porque hoy ha bajado él a sacrificar toros, becerros cebados y ovejas en gran cantidad, y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar, que están comiendo y bebiendo con él y gritan: '¡Viva el rey Adon as!'.


Y all, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán por rey de Israel. Haréis sonar la trompeta y gritaréis: '¡Viva el rey Salomón!'.


El sacerdote Sadoc hab a tomado de la tienda el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Sonaron las trompetas, y todo el pueblo gritó: '¡Viva el rey Salomón!'.


Y siguió diciendo el rey a Seme: 'Bien sabes tú todo el mal que hiciste a mi padre David, y tu corazón lo reconoce. Ahora, pues, Yahveh hará recaer tu maldad sobre tu cabeza.


Los de la guardia se apostaron, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala derecha del templo hasta la izquierda, delante del altar y el edificio, alrededor del rey.


Pero Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocoz as, tomó a Joás, hijo de Ocoz as, lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey que estaban siendo asesinados y lo escondió, a él y a su nodriza, en la alcoba, para ocultarlo de la vista de Atal a. Por eso no fue asesinado.


Al séptimo a o, Joadá mandó a buscar a los jefes de las centurias de los carios y de la guardia real y los hizo venir a donde él estaba en el templo de Yahveh. Pactó luego con ellos una alianza, y después de hacerles prestar juramento en el templo de Yahveh, les mostró al hijo del rey.


Se apresuraron a tomar cada uno su manto y los pusieron a sus pies sobre las mismas gradas; hicieron tocar las trompetas y gritaron: '¡Jehú es rey!'.


Toma la alcuza de aceite y derrámala sobre su cabeza, diciéndole: 'As habla Yahveh: yo te unjo por rey de Israel'. Abre luego la puerta y escapa sin detenerte'.


Sacaron en seguida al hijo del rey, le colocaron la diadema y el libro de la ley y lo proclamaron rey. Joadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: '¡Viva el rey!'.


El rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y ella halló más gracia y favor ante él que todas las demás doncellas. Puso la corona real sobre su cabeza y la proclamó reina en lugar de Vast.


debe traerse una de las vestiduras regias que el rey viste y uno de los caballos que el rey monta; y deben ponerle en la cabeza la corona real.


Cubriré a sus enemigos de ignominia, mientras brilla sobre él la diadema'.


El deseo del corazón tú se lo cumples, el ruego de sus labios tú no le rehúsas. Selah


Con bendición de bienes le sales al encuentro y pones en su frente una corona de oro.


Del director. De los hijos de Coré. Salmo.


En Jacob erigió él un testimonio, estableció una ley en Israel, prescribiendo a nuestros padres adoctrinar en ellos a sus hijos,


Pero tú le has desechado y despreciado, te has airado con tu ungido,


batan palmas los r os, aclamen los montes,


Pondrás en el arca el testimonio que te he de dar.


Cuando Yahveh terminó de hablar con Moisés en el monte Sina, le entregó las dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.


Saldréis con alegr a y seréis llevados en paz. Las monta as y las colinas prorrumpirán ante vosotros en júbilo, y todos los árboles del campo batirán palmas.


Enrollo el testimonio, sello la ense anza entre mis disc pulos.


¡A la ense anza y al testimonio! Si no hablan de esta manera, no habrá aurora.


Nuestro aliento vital, el ungido de Yahveh, Res fue atrapado en sus fosos: aquel de quien dec amos: 'A su sombra viviremos entre las naciones'.


Tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: '¡Viva el rey eternamente!


Y, acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada: 'Daniel, siervo del Dios vivo, ¿ha podido librarte de los leones tu Dios, a quien sirves con perseverancia?'.


La gente que iba delante y detrás, gritaba diciendo: '¡ Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Se or! ¡ Hosanna en las alturas!'.


Luego, le pusieron en la cabeza una corona que hab an entretejido con espinas, y en la mano derecha una ca a. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban, diciendo: '¡Salve, rey de los jud os!'.


Porque en verdad se confabularon en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y las tribus de Israel,


Y es Dios, que nos mantiene firmes en Cristo tanto a nosotros como a vosotros, quien nos ungió,


Tú amas la justicia y aborreces la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegr a de entre tus compa eros.


Pero a aquel que fue puesto en nivel apenas inferior al de los ángeles, a Jesús, lo contemplamos coronado de gloria y honor por los padecimientos de su muerte, de suerte que, por la gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos.


Sus ojos son llama de fuego. Lleva en la cabeza muchas diademas y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él.


Tomó Samuel el frasco del aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl; después le besó y le dijo: '¿No es Yahveh quien te ha ungido por pr ncipe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahveh y lo librarás del poder de los enemigos que le rodean. Y ésta será la se al de que Yahveh te ha ungido por jefe de su heredad:


Samuel dijo entonces a todo el pueblo: '¿Veis al que ha elegido Yahveh? No hay otro como él en todo el pueblo'. Y todo el pueblo gritó: '¡Viva el rey!'.


Tomó Samuel el cuerno del aceite y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y el esp ritu de Yahveh se apoderó de David desde aquel d a en adelante. Luego Samuel se levantó y se fue a Ramá.


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