Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





2 Crónicas 32:8 - Biblia Castilian 2003

8 Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequ as, rey de Judá.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El rey podrá tener un gran ejército, pero no son más que hombres. ¡Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas por nosotros!». Las palabras de Ezequías alentaron en gran manera a la gente.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Con él hay una fuerza humana, pero con nosotros está Yavé, nuestro Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates. El pueblo quedó confortado con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Con él está un brazo de carne, pero con nosotros está YHVH nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo se apoyó en las palabras de Ezequías rey de Judá.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Gade chapit la Kopi




2 Crónicas 32:8
35 Referans Kwoze  

Puso su confianza en Yahveh, Dios de Israel, en tal grado que ni después ni antes hubo semejante a él entre todos los reyes de Judá.


Respondió él: 'No tengas miedo; que son muchos más los que están con nosotros que los que están con ellos'.


Les causaron también muchos muertos, porque la guerra proven a de Dios. Y se asentaron en su lugar hasta el destierro.


He aqu que con nosotros, a nuestra cabeza, está Dios con sus sacerdotes, y están las trompetas vibrantes para hacerlas resonar contra vosotros. ¡Israelitas, no luchéis contra Yahveh, Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis!'.


Invocó entonces Asá a Yahveh, su Dios, diciendo: '¡Oh Yahveh! Nadie como tú puede prestar ayuda en la lucha entre un poderoso y un desvalido. Socórrenos, Yahveh, Dios nuestro, pues en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esa muchedumbre Yahveh, tú eres nuestro Dios; no prevalezca hombre alguno contra ti'.


Yahveh derrotó a los et opes ante Asá y ante Judá, y los et opes emprendieron la huida.


En aquel tiempo, Janan, el vidente se presentó a Asá, rey de Judá, y le dijo: 'Por haberte apoyado en el rey de Aram y no haberte apoyado en Yahveh, tu Dios, se ha escapado de tus manos el ejército del rey de Aram.


Y éste les dijo: '¡Estad atentos todos los de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú rey Josafat! Esto os dice Yahveh: no temáis ni os amedrentéis ante esa gran muchedumbre, porque no es vuestro el combate, sino de Dios.


Ni siquiera tendréis que luchar en esta ocasión. Apostaos all y quedaos quietos. Ya veréis que la salvación de Yahveh estará con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni os amedrentéis! Salid ma ana contra ellos y Yahveh estará con vosotros'.


Al d a siguiente, muy de ma ana, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, les dijo: '¡Escuchadme, Judá y habitantes de Jerusalén: confiad en Yahveh, vuestro Dios, y estaréis seguros; tened fe en sus profetas, y triunfaréis!'.


Ahora, pues, que no os enga e Ezequ as, ni os seduzca de este modo. No lo creáis. Porque si ningún dios de cualquier otro pueblo o reino pudo librar a su gente de mi mano ni de las manos de mis padres, ¡cuánto menos podrá libraros de mi mano vuestro Dios!'.


¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Truena tu voz como la suya?


Preferible es acogerse al Se or que fiarse del hombre,


Yo sé ya desde ahora que el Se or socorrerá a su ungido, que él responderá desde su santo cielo con la fuerza de su diestra salvadora.


Desistid y sabed: Yo soy Yahveh, exaltado entre las gentes, exaltado en la tierra.


Las naciones murmuran, los reinos titubean; hace él sentir su voz: se disuelve la tierra.


El pueblo creyó y, al tener noticia de que Yahveh hab a visitado a los israelitas y hab a visto su humillación, se postraron y lo adoraron.


La tristeza deprime el corazón del hombre, una buena palabra lo alegra.


y cada pasada de la fusta será un castigo que Yahveh le descarga, al son de tambores y c taras. En agitadas batallas la combatirá.


Los egipcios son hombres, no dioses; sus caballos son carne, no esp ritu. Cuando Yahveh extienda su mano, tropezará el ayudador, caerá el ayudado, y todos ellos a la vez perecerán.


No escuchéis, pues, a Ezequ as, porque os enga a cuando dice: 'Yahveh nos librará'. ¿Acaso los dioses de las naciones han librado a su pa s respectivo de la mano del rey de Asiria?


no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora.


Urdid un plan, y se deshará; decid una palabra, y no se cumplirá, porque Dios está con nosotros.


As dice Yahveh: Maldito el hombre que conf a en el hombre, que hace de la carne su apoyo y aparta de Yahveh su corazón.


No temáis ante el rey de Babel, al que tanto miedo tenéis. No le temáis - oráculo de Yahveh -, pues con vosotros estoy yo para salvaros y para libraros de su mano.


Entonces tomó la palabra y me respondió as: 'Ésta es la palabra de Yahveh a Zorobabel: no por el poder ni por la fuerza, sino por mi esp ritu - dice Yahveh Sebaot -.


que yo estoy contigo, y nadie osará hacerte da o, porque tengo yo en esta ciudad un pueblo numeroso'.


Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les temas, pues Yahveh, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.


diciéndole: 'Escucha, Israel; estáis a punto de dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, ni os turbéis, ni tembléis ante ellos,


porque Yahveh, vuestro Dios, marcha con vosotros para combatir por vosotros contra vuestros enemigos; y él os salvará'.


Pero el Se or me asistió y me dio fuerzas, de tal manera que, por mi medio, hubo una plena proclamación de la palabra y llegó a o dos de todos los gentiles; y yo mismo fui librado de las fauces del león.


El Se or sea con tu esp ritu. La gracia sea con vosotros.


Josué se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios en una sola campa a, porque Yahveh, Dios de Israel, combat a en favor de Israel.


Vosotros, hijitos, sois de Dios y los habéis vencido. Porque es mayor el que está en vosotros que el que está en el mundo.


Respondió David al filisteo: 'Tú vienes contra m con espada, lanza y jabalina, mientras que yo voy contra ti en nombre de Yahveh Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel, al que has desafiado.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite