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2 Crónicas 32:22 - Biblia Castilian 2003

22 As salvó Yahveh a Ezequ as y a los habitantes de Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de las manos de todos los demás. Y les dio paz en todas sus fronteras.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Así es como el Señor libró a Ezequías y al pueblo de Jerusalén del rey Senaquerib de Asiria y de todos los demás que los amenazaban. Entonces hubo paz por todo el país.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Así salvó Yavé a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib, rey de Asur, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por todos lados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Así salvó YHVH a Ezequías y a los habitantes de Jerusalem de mano de Senaquerib rey de Asiria, y de mano de cualquier otro, y les concedió reposo por todas partes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Así salvó Yahveh a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de las manos de todos los demás. Y les dio paz en todas sus fronteras.

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2 Crónicas 32:22
16 Referans Kwoze  

El resto que se salve de la casa de Judá volverá a echar ra ces por abajo y a dar frutos por arriba.


Y Yahveh envió un ángel que exterminó a todos los guerreros valientes, a los pr ncipes y a los jefes del campamento del rey de Asiria, que tuvo que volverse a su tierra con el rostro cubierto de vergüenza. Y all, al entrar en el templo de su dios, sus propios hijos lo mataron a filo de espada.


Tú, que das a los reyes la victoria y el que libra a David su servidor de la espada funesta,


parad vuestra atención en sus murallas, recorred sus castillos, para poder contar a las generaciones venideras


Con tu aviso me gu as para ponerme en dignidad.


Porque Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro legislador, Yahveh nuestro rey, él nos salvará.


Te guiará Yahveh continuamente y saciará en eriales tu apetito; rejuvenecerá tus huesos; y serás como jard n regado, como hontanar de aguas, cuya vena nunca falla.


Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré, porque yo soy Yahveh, su Dios. No los salvaré con arco, espada y lanza, ni con caballos y carros de guerra'.


Cuando venga él, el Esp ritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena; porque no hablará por cuenta propia, sino que dirá todo lo que él oye y os explicará lo que está por venir.


Que el Se or dirija vuestros corazones al amor de Dios y a la perseverante espera de Cristo.


As salvó Yahveh aquel d a a Israel; y el combate se extendió hasta más allá de Bet Avén.


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