2 Crónicas 30:10 - Biblia Castilian 200310 Los correos pasaron de ciudad en ciudad por tierras de Efra n y de Manasés hasta las de Zabulón. Pero la gente se re a y se burlaba de ellos. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196010 Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas se reían y burlaban de ellos. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente10 Los mensajeros corrieron de ciudad en ciudad por todo Efraín y Manasés y hasta el territorio de Zabulón; pero la mayoría de la gente simplemente se reía de los mensajeros y se burlaba de ellos. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)10 Los correos pasaron de ciudad en ciudad Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion10 Así los mensajeros pasaron de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta la región de Zabulón, pero se rieron y se burlaron de ellos. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197510 Los correos pasaron de ciudad en ciudad por tierras de Efraín y de Manasés hasta las de Zabulón. Pero la gente se reía y se burlaba de ellos. Gade chapit la |
Los correos, con las cartas de parte del rey y de sus jefes, recorrieron todo Israel y Judá, conforme al mandato del rey, que dec a: 'Israelitas, volved a Yahveh, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto que de vosotros ha quedado, a los que habéis escapado de las manos de los reyes de Asiria.
Se enviaron las cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los jud os, jóvenes y ancianos, ni os y mujeres, en un mismo d a, el trece del mes duodécimo, esto es, el mes de adar; y para entregar sus bienes al pillaje. (13a) Éste es el texto de la carta: El gran rey Artajerjes, a los jefes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiop a, y a los gobernadores que le están sometidos, les escribe lo siguiente: (13b) Puesto al frente de muchas naciones, y siendo due o del mundo entero, me he propuesto no dejarme llevar por la presunción del poder, sino gobernar siempre con moderación y suavidad, mantener en paz por todos los medios las vidas de mis súbditos, procurar el sosiego del reino y la segura circulación hasta las fronteras y restaurar la paz tan apetecida por todos los hombres. (13c) Ahora bien, habiendo consultado con mis consejeros sobre cómo llevar esto a feliz término, el que se ha distinguido entre nosotros por su recto juicio y se ha se alado invariablemente por la lealtad y segura fidelidad, hasta el punto de obtener el segundo puesto en el reino, Amán, (13d) nos ha indicado que vive mezclado entre todas las tribus esparcidas por el mundo un pueblo hostil, contrario por sus leyes a toda nación, que quebranta continuamente los mandatos de los reyes, con el fin de que no se logre la acción coordinada de la autoridad que de manera irreprochable venimos ejerciendo. (13e) Habiendo, pues, reconocido que este pueblo tan singular se mantiene en abierta y absoluta oposición a todos los hombres, que se diferencia de los demás por la ndole extra a de sus leyes, que es hostil a nuestros intereses, que comete los peores cr menes, y esto con el fin de que el reino no logre estabilidad, (13f) ordenamos que todos los que han sido se alados en las cartas de Amán, que es el encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de ra z, con sus mujeres e hijos, por la espada de sus enemigos, sin piedad ni miramiento alguno, el d a catorce del mes duodécimo, el de adar, del presente a o, (13g) a fin de que esos perversos de antes y de ahora desciendan por muerte violenta al hades en un mismo d a, y as aseguremos totalmente para el tiempo futuro la estabilidad y tranquilidad de los negocios.
Los correos partieron apresuradamente según la orden del rey. El decreto fue promulgado en la ciudadela de Susa. Y mientras el rey y Amán se sentaban a beber, la ciudad de Susa quedó consternada. Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores,