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2 Crónicas 22:7 - Biblia Castilian 2003

7 Pero estaba de Dios la ruina de Ocoz as, cuando éste fue a visitar a Jorán. Porque, as que llegó, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nims, a quien Yahveh hab a ungido para exterminar la casa de Ajab.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruido viniendo a Joram; porque habiendo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara la familia de Acab.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora bien, Dios había decidido que esta visita sería la ruina de Ocozías. Mientras estaba allí, Ocozías salió con Joram para encontrarse con Jehú, nieto de Nimsi, a quien el Señor había designado para destruir la dinastía de Acab.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 esta visita a Joram vino de Dios para ruina de Ocozías, pues llegado allí, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yavé había ungido para exterminar la familia de Ajab.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Pero la derrota de Ocozías era designio de Dios, por haber ido a ver a Joram.° Al llegar allí, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, a quien YHVH había ungido para exterminar la casa de Acab.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pero estaba de Dios la ruina de Ocozías, cuando éste fue a visitar a Jorán. Porque, así que llegó, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yahveh había ungido para exterminar la casa de Ajab.

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2 Crónicas 22:7
18 Referans Kwoze  

No escuchó, pues, el rey al pueblo, porque as estaba dispuesto por Yahveh, para que se cumpliera la palabra que Yahveh hab a anunciado por medio de Aj as de Siló, a Jeroboán, hijo de Nebat.


'As habla Yahveh: no subáis a combatir contra vuestros hermanos, los israelitas. Vuélvase cada uno a su casa, porque de m proviene esto''. Obedecieron ellos la intimación de Yahveh y abandonaron la campa a, conforme a la palabra de Yahveh.


También ungirás a Jehú, hijo de Nums, por rey de Israel. Y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás como profeta en lugar tuyo.


Y preguntó Yahveh: ¿quién seducirá a Ajab para que suba y perezca en Ramot de Galaad? Y uno propon a una cosa, y otro otra.


As que Jehú hizo matar a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel: a todos sus magnates, a sus familiares y a sus sacerdotes, sin dejar ni un solo superviviente.


Entonces Jorán ordenó: '¡Enganchad!'. Le engancharon el carro y Jorán, rey de Israel, y Ocoz as, rey de Judá, salieron cada uno en su carro y fueron al encuentro de Jehú. Se encontraron con él en el campo de Nabot de Yizreel.


Al ver esto Ocoz as, rey de Judá, emprendió la huida en dirección a Bet Hagán. Pero Jehú salió en su persecución, gritando: '¡Matad también a éste!'. Lo hirieron sobre su carro en la cuesta de Gur, que está junto a Yibleán. Él huyó a Meguidó y all murió.


No escuchó, pues, el rey al pueblo, porque as estaba dispuesto por Dios, para que se cumpliese la palabra que Yahveh hab a anunciado, por medio de Aj as de Siló, a Jeroboán, hijo de Nebat.


el cual tuvo que volverse a Yizreel, para curarse de las heridas que hab a recibido en Ramá, luchando contra Jazael, rey de Aram. Entonces Ocoz as, hijo de Jorán, rey de Judá, fue a Yizreel, para visitar a Jorán, hijo de Ajab, porque estaba all enfermo.


Los gentiles naufragan en la fosa que hicieron, Tet en la red que ocultaron se enma aran sus pies.


El corazón del hombre traza su camino, pero es Yahveh quien dirige sus pasos.


Desde el principio yo anuncio el fin y desde el comienzo lo que aún no ha sucedido; digo mi plan, y se cumple; hago realidad todos mis deseos.


Efra n, ¿qué tiene ya que ver con los dolos? Yo lo escucho y lo protejo. Soy como un ciprés siempre verde; gracias a m se hallará fruto en ti.


Para m la venganza y el dar lo merecido al tiempo en que vacile su pie; porque cerca está el d a de su ruina, y ya se avecina lo que les espera.


Pues fue designio de Yahveh que los corazones de sus moradores se obstinaran en entablar combate con Israel, y as fueran entregados al anatema, sin que hubiera para ellos compasión. Fueron aniquilados, como hab a ordenado Yahveh a Moisés.


Su padre y su madre no sab an que esto proven a de Yahveh, que buscaba as un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo éstos dominaban en Israel.


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