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2 Crónicas 20:6 - Biblia Castilian 2003

6 dijo: 'Yahveh, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú el Dios que está en el cielo y no dominas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No están en tus manos la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte?

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Biblia Reina Valera 1960

6 y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 y oró diciendo: «Oh Señor, Dios de nuestros antepasados, solo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Dijo: 'Yavé, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en el cielo y no dominas tú en todos los reinos de las naciones? En tu mano está el poder y la fortaleza sin que nadie pueda resistirte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 y dijo: Oh YHVH, Dios de nuestros padres, ¿no eres sólo Tú el Dios de los cielos? ¿No eres Tú quien gobierna todos los reinos de las naciones? En tu mano hay fuerza y poder, y no hay quien pueda resistirte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 dijo: 'Yahveh, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú el Dios que está en el cielo y no dominas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No están en tus manos la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte?

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2 Crónicas 20:6
31 Referans Kwoze  

exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;


Escucha, pues, la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Escucha desde el lugar de tu morada, en el cielo. Escucha y perdona.


¡Oh Yahveh, Dios de nuestros padres Abrahán, Isaac e Israel, conserva por siempre estos designios del corazón de tu pueblo, y mantén su corazón fijo en ti!


Josafat, puesto en pie en medio de la asamblea de Judá y de Jerusalén, en el templo de Yahveh, delante del atrio nuevo,


Porque, si va contigo, por mucho que te esfuerces en el combate, Dios te hará caer ante el enemigo. Dios tiene poder para ayudar y para derribar'.


de manera que los sacerdotes no pudieron quedarse all para su ministerio a causa de la nube, pues la gloria de Yahveh hab a llenado el templo de Dios.


exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;


¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?


Nuestro Dios está en los cielos, y todo cuanto quiere puede hacer.


Desistid y sabed: Yo soy Yahveh, exaltado entre las gentes, exaltado en la tierra.


Batid palmas, pueblos todos, aclamad al Se or con voces de alegr a.


De la tierra entera él es el rey, cantadle con destreza.


Del director. Con instrumentos de cuerda. Maskil. De David.


No confiéis en la extorsión ni os preciéis de lo robado; en acrecer riquezas no pongáis el corazón.


Y a adió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tem a fijar su mirada en Dios.


Si Yahveh Sebaot lo ha decidido, ¿quién lo hará fracasar? Si su mano está extendida, ¿quién se la hará retirar?


As dice Yahveh: 'El cielo es mi trono, y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué templo me edificaréis y cuál el lugar de mi descanso?


Mirad: como sube un león de la espesura del Jordán a un pastizal regado, as, en un instante, los ahuyentaré de all y escogeré sus carneros más selectos. Porque, ¿quién como yo? ¿Quién me citará a juicio? ¿Qué pastor resistirá ante m ?


El árbol que viste, que crec a y se hac a fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo y se ve a desde toda la tierra,


Todo esto se realizó en el rey Nabucodonosor.


y no permitas que seamos tentados, sino l branos del mal.


Vosotros, pues, orad as: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;


Si, pues, Dios les otorgó el mismo don que a nosotros cuando cre mos en el Se or Jesucristo, ¿quién era yo para poder imped rselo a Dios?


Pero me dirás: '¿Por qué [entonces] sigue presentando sus querellas? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?'.


Tú debes saber hoy, por lo tanto, y recordarlo en tu corazón, que Yahveh es el único Dios en lo alto del cielo y aqu abajo en la tierra, y que no existe ningún otro.


Al o rlo, se ha desmayado nuestro corazón y ya nadie tiene aliento delante de vosotros, porque Yahveh, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.


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