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2 Crónicas 15:9 - Biblia Castilian 2003

9 Reunió luego a todo Judá y Benjam n, y a los de Efra n, Manasés y Simeón que viv an con ellos, pues se hab an pasado a él muchos israelitas al ver que Yahveh, su Dios, estaba con él.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Después reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos los forasteros de Efraín, de Manasés y de Simeón; porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que Jehová su Dios estaba con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Después Asa convocó a todo el pueblo de Judá y de Benjamín, junto con la gente de Efraín, Manasés y Simeón que se había establecido entre ellos. Pues muchos de Israel se habían mudado a Judá durante el reinado de Asa cuando vieron que el Señor su Dios estaba con él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Congregó a todo Judá y Benjamín, y a los de Efraím, Manasés y Simeón que habitaban entre ellos; pues se habían pasado a él muchos de los israelitas al ver que Yavé, su Dios, estaba con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Después reunió a todo Judá y Benjamín, y a los que vivían con ellos de Efraín, de Manasés y de Simeón, porque muchos israelitas se habían pasado a él al ver que YHVH su Dios estaba con él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Reunió luego a todo Judá y Benjamín, y a los de Efraín, Manasés y Simeón que vivían con ellos, pues se habían pasado a él muchos israelitas al ver que Yahveh, su Dios, estaba con él.

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2 Crónicas 15:9
15 Referans Kwoze  

Respondieron ellos: 'Hemos visto claramente que Yahveh está contigo y hemos acordado que haya un juramento entre nosotros y tú, y que concluyamos contigo una alianza.


Éste se percató de que Yahveh estaba con José y que le hac a prosperar en todo lo que emprend a.


As se separó Israel de la casa de David hasta el d a de hoy.


Se enteró todo Israel de la sentencia que hab a pronunciado el rey y sintieron temor reverencial ante él, pues vieron que en él hab a sabidur a divina para administrar justicia.


Entonces el esp ritu se apoderó de Amasay, jefe de los treinta, que exclamó: '¡A ti, David, venimos; a estar contigo, hijo de Jesé! ¡Paz, paz a ti, y paz a quien te ayude, porque tu ayuda es tu Dios!'. Entonces David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.


Y tras de ellos se fue a Jerusalén gente de todas las tribus de Israel que hab an decidido en su corazón buscar a Yahveh, Dios de Israel, para poder ofrecer sacrificios a Yahveh, el Dios de sus padres.


Se reunieron, pues, en Jerusalén el mes tercero del a o quince del reinado de Asá.


Josafat resid a en Jerusalén; pero volvió a visitar al pueblo desde Berseba hasta la monta a de Efra n, y les hac a volver a Yahveh, Dios de sus padres.


Tanto la asamblea entera de Judá como los sacerdotes y levitas y toda la multitud de los que hab an venido de Israel, as como los forasteros llegados de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá, se llenaron de alegr a.


'Tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: 'Para Judá y para los hijos de Israel que hay en él'. Toma luego otra vara y escribe en ella: 'Para José - vara de Efra n - y toda la casa de Israel que hay en él'.


La Iglesia, mientras tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samar a, se edificaba y caminaba en el temor del Se or y crec a con la consolación del Esp ritu Santo.


Saúl vio y comprendió que Yahveh estaba con David y que Mical, hija de Saúl, lo amaba.


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