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2 Crónicas 15:2 - Biblia Castilian 2003

2 salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡O dme, Asá y todo Judá y Benjam n! Yahveh estará con vosotros mientras vosotros estéis con él. Si lo buscáis, él se dejará hallar de vosotros; pero si lo abandonáis, él os abandonará.

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Biblia Reina Valera 1960

2 y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 y salió al encuentro del rey Asa cuando este volvía de la batalla. «¡Escúcheme, Asa! —le gritó—. ¡Escuchen, todos ustedes de Judá y de Benjamín! ¡El Señor permanecerá con ustedes mientras ustedes permanezcan con él! Cada vez que lo busquen, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡Escúchenme ustedes, Asá y toda la gente de Judá y Benjamín! Yavé estará con ustedes mientras ustedes estén con él; si ustedes lo buscan, él se dejará hallar, pero si ustedes lo abandonan, él los abandonará a ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 quien salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: YHVH está con vosotros mientras vosotros estéis con Él. Si lo buscáis, Él se dejará hallar por vosotros, pero si lo abandonáis, Él os abandonará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡Oídme, Asá y todo Judá y Benjamín! Yahveh estará con vosotros mientras vosotros estéis con él. Si lo buscáis, él se dejará hallar de vosotros; pero si lo abandonáis, él os abandonará.

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2 Crónicas 15:2
56 Referans Kwoze  

Fue enemigo de Israel durante toda la vida de Salomón. Y éste es el mal que hizo Hadad: reinó en Edom y hostilizó a Israel.


Él le respondió: 'No soy yo el que trae calamidades a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque habéis abandonado los mandamientos de Yahveh, y os habéis ido tras de los baales.


Abandonaré el resto de mi heredad y lo entregaré en manos de sus enemigos, de modo que será despojo y bot n de todos sus adversarios,


Y tú, Salomón, hijo m o, reconoce al Dios de tu padre y s rvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahveh sondea todos los corazones y penetra la ndole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


En cada una de estas ciudades hab an escudos y lanzas y estaban sólidamente fortificadas. As retuvo para s Judá y Benjam n.


Entonces el profeta Sema as se presentó ante Roboán y ante los jefes de Judá, que se hab an reunido en Jerusalén huyendo de Sosac, y les dijo: 'As habla Yahveh: 'Vosotros me habéis abandonado, y yo, a mi vez, os abandono en manos de Sosac''.


He aqu que con nosotros, a nuestra cabeza, está Dios con sus sacerdotes, y están las trompetas vibrantes para hacerlas resonar contra vosotros. ¡Israelitas, no luchéis contra Yahveh, Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis!'.


Entonces Ab as se puso sobre el monte Semaráin, que está en la monta a de Efra n, y dijo: 'Escuchadme, Jeroboán y todo Israel.


Todo Judá se alegró del juramento, porque hab an jurado con todo su corazón, y con toda su buena voluntad hab an buscado a Yahveh, y él se hab a dejado hallar de ellos. Y Yahveh les dio paz en todas sus fronteras.


Pero en su angustia se volverá a Yahveh, Dios de Israel, lo buscará, y él se dejará hallar de ellos.


Y éste les dijo: '¡Estad atentos todos los de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú rey Josafat! Esto os dice Yahveh: no temáis ni os amedrentéis ante esa gran muchedumbre, porque no es vuestro el combate, sino de Dios.


Ni siquiera tendréis que luchar en esta ocasión. Apostaos all y quedaos quietos. Ya veréis que la salvación de Yahveh estará con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni os amedrentéis! Salid ma ana contra ellos y Yahveh estará con vosotros'.


Al d a siguiente, muy de ma ana, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, les dijo: '¡Escuchadme, Judá y habitantes de Jerusalén: confiad en Yahveh, vuestro Dios, y estaréis seguros; tened fe en sus profetas, y triunfaréis!'.


Entonces el esp ritu de Dios se apoderó de Zacar as, hijo del sacerdote Joadá, quien, presentándose ante el pueblo, le dijo: 'As habla Dios: '¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahveh? As no podéis prosperar; y puesto que habéis abandonado a Yahveh, él os abandonará''.


Procuró buscar a Dios durante los d as de Zacar as, que lo instru a en el temor de Dios. Y mientras buscó a Yahveh, Dios le hizo prosperar.


Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequ as, rey de Judá.


Entonces Yahveh hizo que vinieran contra ellos los jefes del ejército del rey de Asiria, quienes prendieron a Manasés con garfios, lo ataron con grillos de bronce y as se lo llevaron a Babilonia.


Al verse en tales angustias, trató de aplacar a Yahveh, su Dios, y se humilló profundamente en presencia del Dios de sus padres.


En el a o octavo de su reinado, siendo aún muy joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el a o duodécimo, comenzó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las aserás y de los dolos fundidos.


Me daba reparo solicitar del rey soldados de a pie y de a caballo como escolta, puesto que hab amos dicho al rey: 'La mano de nuestro Dios está a favor de todos los que le buscan, y su poder y su cólera contra los que le abandonan'.


Alabad conmigo al Se or, Gu mel ensalcemos al un sono su nombre.


Dice el necio en su interior: 'Dios no existe'. Corruptos, abominables en sus obras, no hay quien haga el bien.


No hablé en lo escondido, ni en lugar tenebroso de la tierra. No dije a la estirpe de Jacob: 'Buscadme en el caos'. Yo soy Yahveh, que digo verdad y declaro lo que es justo.


Escuchadme vosotros, los que vais tras la justicia, los que buscáis a Yahveh. Mirad la roca de la que fuisteis cortados, la boca de la mina de la que fuisteis extra dos.


Entonces replicó Isa as: 'Escuchad, casa de David: ¿os parece poca cosa cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios?


¿No eres tú la culpable, por haber abandonado a Yahveh, tu Dios, cuando te conduc a por el camino?


Buscad el bien, no el mal y viviréis; y as sucederá que Yahveh, Dios Sebaot, estará con vosotros, tal como dec s.


Por eso, diles: as dice Yahveh Sebaot: volved a m - oráculo de Yahveh Sebaot -, y yo volveré a vosotros' - dice Yahveh Sebaot -.


No subáis, porque Yahveh no está ya de vuestra parte; no os expongáis a los ataques de vuestros enemigos.


Porque los amalecitas y los cananeos están ah, ante vosotros, y caeréis a espada, pues os habéis apartado de Yahveh, y Yahveh no estará ya más con vosotros'.


El que tenga o dos, que oiga'.


Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les temas, pues Yahveh, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.


Ese mismo d a se encenderá mi cólera contra él; los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro; será presa que se devora; los alcanzarán muchos males y aflicciones. Y entonces pensará: '¿No será porque mi Dios no está en medio de m por lo que me han alcanzado estos males? '


Desde all buscarás a Yahveh, tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.


Mi justo vivirá por la fe; pero, si vuelve atrás, no pondré yo en él mi complacencia.


Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que elud an al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo.


Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; los que obráis con doblez, purificad los corazones.


Entonces Pinjás, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los rubenitas, los gaditas y los manasitas: 'Ahora reconocemos que Yahveh está en medio de nosotros, puesto que no habéis cometido esa perfidia contra Yahveh y habéis librado as a los israelitas de la mano de Yahveh'.


Si abandonáis a Yahveh y serv s a dioses extra os, él se volverá para traer el mal contra vosotros y para aniquilaros, aun después de haberos hecho tanto bien'.


Quien tenga o dos, oiga lo que dice el Esp ritu a las Iglesias. El que venza, no sufrirá da o de la muerte segunda'.


Quien tenga o dos, oiga lo que dice el Esp ritu a las Iglesias. Al que venza, le daré el maná escondido y una piedrecita blanca sobre la que habrá escrito un nombre que nadie conoce sino el que lo recibe'.


Quien tenga o dos, oiga lo que dice el Esp ritu a las Iglesias'.


Quien tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida que está en el para so de Dios'.


El que tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las Iglesias'.


El que tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las Iglesias'.


El que tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las Iglesias'.


Pero vosotros me habéis abandonado y habéis rendido culto a dioses extra os; por eso no volveré a salvaros.


Cuando se lo anunciaron a Jotán, éste fue a situarse en la cima del monte Gariz n, levantó su voz, y les dijo a gritos: '¡Escuchadme, principales de Siquén, y que Dios os oiga!:


Si teméis a Yahveh y le serv s; si escucháis su voz y no sois rebeldes a los mandatos de Yahveh; si tanto vosotros como el rey que reine sobre vosotros segu s en pos de Yahveh, vuestro Dios, viviréis.


Pero, si no escucháis la voz de Yahveh, y sois rebeldes a sus mandamientos, la mano de Yahveh se dejará sentir sobre vosotros como se dejó sentir sobre vuestros padres.


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