2 Corintios 10:4 - Biblia Castilian 2003

⁴ Las armas de mi combate no son carnales, sino que tienen poder divino para derribar fortalezas: derribamos sofismas

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴ porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Nuestras armas no son las humanas, pero tienen la fuerza de Dios para destruir fortalezas: todos esos argumentos

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ Las armas de mi combate no son carnales, sino que tienen poder divino para derribar fortalezas: derribamos sofismas

2 Corintios 10:4 Referans Kwoze

Salmos 110:2

El cetro del poder te lo env a el Se or desde Sión: domina en medio de tus enemigos.

Isaías 30:25

En toda monta a alta y en toda colina elevada habrá arroyos y corrientes de agua, el d a de la gran matanza, cuando se derrumben las torres.

Jeremías 1:10

Hoy te conf o las naciones y los reinos para arrancar y arrasar, para destruir y derruir, para edificar y plantar.

Jeremías 23:29

¿No es como fuego mi palabra - oráculo de Yahveh -, y como martillo que tritura la piedra?

Hechos 7:22

Moisés fue educado en todo el saber de los egipcios y era poderoso en palabras y en obras.

Romanos 13:12

La noche está muy avanzada, el d a se acerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.

Romanos 6:13

ni ofrezcáis más vuestros miembros como armas de iniquidad al servicio del pecado, sino consagraos a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida y ofreced vuestros miembros como armas de justificación al servicio de Dios.

1 Corintios 2:5

para que vuestra fe no se basara no en sabidur a de hombres, sino en el poder de Dios.

1 Corintios 9:7

¿Quién es el que se alista en un ejército a sus propias expensas? ¿Quién planta una vi a y no come de sus frutos? ¿Quién pastorea un reba o y no toma su leche?

2 Corintios 10:8

Y aunque me haya jactado algo excesivamente de la autoridad que el Se or nos dio para edificación vuestra y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;

2 Corintios 13:10

Por eso escribo estas cosas estando ausente, para que, cuando me presente, no tenga que usar con rigor de la autoridad que el Se or me dio para edificar, y no para destruir.

2 Corintios 3:5

Y no es que por nosotros mismos seamos capaces de poner a nuestra cuenta cosa alguna; por el contrario, nuestra capacidad procede de Dios

2 Corintios 4:7

Pero este tesoro lo llevamos en vasos de barro, para que se vea que este extraordinario poder es de Dios y no de nosotros.

2 Corintios 6:7

con palabra de verdad, con poder de Dios; mediante las armas de la justicia, las de la derecha y las de la izquierda;

1 Tesalonicenses 5:8

Pero nosotros, que somos del d a, seamos sobrios, revistidos con la coraza de la fe y con el casco de la esperanza de salvación.

1 Timoteo 1:18

Te transmito estas instrucciones, hijo m o Timoteo, teniendo en cuenta las profec as un tiempo pronunciadas sobre ti, para que, apoyado en ellas, puedas combatir el buen combate,

2 Timoteo 2:3

Comparte conmigo los sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.

Hebreos 11:30

Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de un cerco de siete d as.

Josué 6:20

Lanzó, pues, el pueblo el grito de guerra y sonaron las trompetas. Justamente cuando el pueblo oyó el sonido de las trompetas y lanzó el grito de guerra con gran estrépito, se desplomó la muralla sobre s misma; el pueblo escaló la ciudad, cada uno desde la posición en que se encontraba, y se apoderaron de ella.