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1 Samuel 31:7 - Biblia Castilian 2003

7 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y más allá del Jordán se dieron cuenta de que los israelitas hab an huido y que Saúl y sus hijos hab an muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Llegaron luego los filisteos y se instalaron en ellas.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Cuando los israelitas que se encontraban al otro lado del valle de Jezreel y más allá del Jordán vieron que el ejército israelita había huido y que Saúl y sus hijos estaban muertos, abandonaron sus ciudades y huyeron. Entonces los filisteos entraron y ocuparon sus ciudades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Cuando se supo que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, los israelitas que estaban al otro lado de la llanura y los que estaban a este lado del Jordán abandonaron sus ciudades y huyeron. Llegaron allí los filisteos y se instalaron en su lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y cuando los hombres de Israel que estaban a lo largo del valle, al otro lado del Jordán, vieron que los de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces fueron los filisteos y habitaron en ellas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y más allá del Jordán se dieron cuenta de que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Llegaron luego los filisteos y se instalaron en ellas.

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1 Samuel 31:7
8 Referans Kwoze  

Yo mismo devastaré el pa s hasta tal punto que vuestros enemigos, que serán quienes lo habiten, se quedarán horrorizados.


Y a los que sobrevivan de vosotros yo les infundiré en su corazón tal pavor en tierra de sus enemigos que el ruido de una hoja al caer los sobresaltará y les hará huir como quien huye de espada sin que nadie los persiga.


Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todos tus productos. Serás siempre oprimido y maltratado.


Como la mano de Madián pesaba demasiado duramente sobre Israel, los israelitas, por librarse de ella, tuvieron que refugiarse en las hendiduras de los montes, en cuevas y lugares de dif cil acceso.


Cuando los israelitas se vieron en peligro, pues estaban cercados, se escondieron en las cuevas y en la maleza, en las rocas, en las fosas y en las cisternas.


Algunos hebreos pasaron el Jordán hacia el pa s de Gad y de Galaad, mientras Saúl se manten a aún en Guilgal, aunque toda la tropa que le segu a era presa del pánico.


As, pues, en un mismo d a murieron Saúl, sus tres hijos y su escudero, y todos sus hombres.


Al d a siguiente llegaron los filisteos para despojar a los muertos y encontraron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gelboé.


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