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1 Samuel 24:12 - Biblia Castilian 2003

12 Mira, padre m o; mira en mi mano la orla de tu manto. Yo te la corté, pero no te maté. Reconoce y mira que no hay en m maldad ni rebeld a. Yo no he pecado contra ti; no obstante, tú andas a la caza de mi vida para quitármela.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »Que el Señor juzgue entre nosotros. Tal vez el Señor lo castigue por lo que intenta hacer, pero yo nunca le haré daño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Mira, padre mío, mira el trozo de tu manto que tengo en la mano. Cuando corté ese pedazo del manto, podría haberte matado. Reconoce entonces que no hay en mí ni malicia ni maldad; yo no te he hecho daño, tú en cambio me buscas para matarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¡Juzgue YHVH entre tú y yo, y que YHVH me vengue de ti! Pero mi mano no será contra ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Mira, padre mío; mira en mi mano la orla de tu manto. Yo te la corté, pero no te maté. Reconoce y mira que no hay en mí maldad ni rebeldía. Yo no he pecado contra ti; no obstante, tú andas a la caza de mi vida para quitármela.

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1 Samuel 24:12
17 Referans Kwoze  

Dijo entonces Saray a Abrán: 'Recaiga sobre ti la afrenta que se me ha hecho. Fui yo la que puse a mi esclava en tu seno; pero al verse ella encinta, me mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre tú y yo'.


El Dios de Abrahán y el Dios de Najor, el Dios de su padre, juzgue entre nosotros'. Juró Jacob por el Terror de Isaac, su padre.


el Dios que me concede la venganza, y somete los pueblos a mi yugo.


Salió David a su encuentro y les dijo: 'Si ven s a m en son de paz para prestarme ayuda, mi corazón estará con vosotros; pero si es para traicionarme en favor de mis enemigos, no habiendo violencia en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue'.


Yo, en tu caso, recurrir a a Dios, a él expondr a mis cuitas:


De David. Impugna, Se or, a los que a m me impugnan, combate tú contra los que me hacen guerra;


Decide, Dios, de m y defiende mi causa de la gente sin piedad; l brame tú del astuto y del perverso.


Dios de las venganzas, Yahveh, Dios de las venganzas, manifiéstate.


No os toméis la justicia por vuestra propia mano, queridos m os, sino dad lugar a la ira [divina]. Porque escrito está: A m me corresponde la venganza; yo daré el pago merecido, dice el Se or.


Cuando lo insultaban, no devolv a el insulto; cuando padec a, no amenazaba, sino que se entregaba al que juzga con justicia.


Y clamaron con gran voz, diciendo: '¿Hasta cuándo, oh Soberano, santo y veraz, estarás sin juzgar a los que moran sobre la tierra y sin vengar nuestra sangre?'.


Yo, pues, no he pecado contra ti; y en cambio, tú me haces da o al declararme la guerra. ¡Que Yahveh, el juez, juzgue hoy entre los israelitas y los amonitas!'.


David, entretanto, huyó de Nayot de Ramá y se fue a decirle a Jonatán: '¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi delito, cuál es mi pecado contra tu padre, para que él atente contra mi vida?'.


¿Tras de quién ha salido a la guerra el rey de Israel? ¿A quién persigues tú? ¡A un perro muerto, a una pulga!


Yahveh retribuirá a cada uno según su justicia y lealtad. Yahveh te hab a entregado hoy en mis manos, pero yo no he querido poner la m a sobre el ungido de Yahveh.


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