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1 Reyes 22:6 - Biblia Castilian 2003

6 Reunió el rey de Israel a los profetas, unos cuatrocientos, y les preguntó: '¿Debo ir a atacar a Ramot de Galaad o debo renunciar?'. Y le respondieron: 'Sube; que el Se or la entregará en manos del rey'.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que el rey de Israel convocó a los profetas, unos cuatrocientos en total, y les preguntó: —¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o desistir? Todos ellos contestaron: —¡Sí, adelante! El Señor dará la victoria al rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El rey de Israel reunió a los profetas, eran cerca de cuatrocientos, y les dijo: '¿Debo atacar a Ramot de Galaad o debo renunciar a ello?' Le respondieron: 'Dirígete allá, que el Señor la pondrá en manos del rey'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Entonces el rey de Israel convocó a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les preguntó: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad o desistiré? Y ellos respondieron: ¡Sube, porque Adonay la entregará en mano del rey!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Reunió el rey de Israel a los profetas, unos cuatrocientos, y les preguntó: '¿Debo ir a atacar a Ramot de Galaad o debo renunciar?'. Y le respondieron: 'Sube; que el Señor la entregará en manos del rey'.

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1 Reyes 22:6
22 Referans Kwoze  

Y les preguntó: '¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este pueblo que me ha hablado as: 'Aligera tú el yugo que nos impuso tu padre?''.


Ahora, manda reunir en torno m o a todo Israel en el monte Carmelo, as como a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel'.


Ajab mandó aviso a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo.


El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, con vestiduras reales, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samar a, mientras todos los profetas, delante de ellos, se entregaban a sus trances proféticos.


Presentado al rey, el rey le preguntó: 'Miqueas, ¿debemos ir a atacar a Ramot de Galaad o debemos renunciar?'. Él le respondió: 'Sube. Tendrás éxito, pues Yahveh la entregará en manos del rey'.


Dijo luego Josafat al rey de Israel: 'Consulta hoy, por favor, el oráculo de Yahveh'.


Ahora, pues, convocadme a todos los profetas de Baal, a todos sus servidores, y a todos sus sacerdotes, sin que falte ninguno, pues voy a ofrecer un gran sacrificio a Baal. A todo el que falte se le quitará la vida'. Jehú actuaba con astucia para hacer perecer a los servidores de Baal.


Pero Eliseo dijo al rey de Israel: '¿Qué tengo yo que ver contigo? Vete a los profetas de tu padre y a los de tu madre'. El rey de Israel le respondió: 'No; es que Yahveh ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab'.


Presentado al rey, el rey le preguntó: 'Miqueas, ¿hemos de ir a atacar a Ramot de Galaad, o debo renunciar?'. Él le respondió: 'Subid. Tendréis éxito, pues serán entregados en vuestras manos'.


Pero ¿es que he subido a este lugar para destruirlo sin contar con Yahveh? Ha sido Yahveh quien me ha dicho: 'Sube contra este pa s y destrúyelo''.


los profetas profetizan con mentira, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y mi pueblo as lo quiere. Pero ¿qué haréis cuando llegue el fin?


Puesto que desanimáis el corazón del justo con enga os cuando yo no le contristo, y vigorizáis las manos del malvado, de modo que no se convierta de su mala conducta para que viva,


Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.


Porque vendrá tiempo en que no soportarán la ense anza saludable, sino que, llevados del propio capricho, se rodearán de maestros para que les halaguen el o do,


Cayó prisionera la bestia, y con ella el falso profeta, el que hac a a su servicio las se ales con las que extravió a los que recibieron la marca de la bestia y a cuantos adoraron su imagen. Ambos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre.


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