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1 Reyes 22:34 - Biblia Castilian 2003

34 Un hombre disparó al azar su arco e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la coraza. El rey dijo entonces a su auriga: 'Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido'.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Sin embargo, un soldado arameo disparó una flecha al azar hacia las tropas israelitas e hirió al rey de Israel entre las uniones de su armadura. «¡Da la vuelta y sácame de aquí! —dijo Acab entre quejas y gemidos al conductor de su carro—. ¡Estoy gravemente herido!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 En ese preciso instante, un soldado disparó con su arco sin saber a quién e hirió al rey de Israel entre las correas y la coraza. El rey dijo al conductor de su carro: 'Da media vuelta y sácame de la pelea, porque estoy herido'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y un hombre tiró con su arco a la ventura, e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo a su auriga: ¡Da vuelta y sácame del campamento, porque estoy herido!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Un hombre disparó al azar su arco e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la coraza. El rey dijo entonces a su auriga: 'Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido'.

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1 Reyes 22:34
11 Referans Kwoze  

Partieron de Jerusalén con Absalón doscientos hombres en calidad de invitados que iban de buena fe y no sab an nada de lo tramado.


Respondió él: 'He visto a todo Israel disperso por los montes, como ovejas que no tienen pastor. Y Yahveh dijo: no tienen due o; que cada cual vuelva en paz a su casa'.


Y los jefes de los carros, al ver que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirle.


Arreció el combate aquel d a y el rey se mantuvo erguido en el carro frente a los arameos, hasta que murió al atardecer. La sangre de la herida corr a hasta el fondo del carro.


Pero Jehú tensó el arco en sus manos e hirió a Jorán por la espalda. La saeta le atravesó el corazón y se desplomó en su carro.


Por su parte, el rey de Aram hab a dado esta orden a los jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, ni chico ni grande, sino sólo al rey de Israel'.


Los arqueros dispararon contra el rey Jos as, y el rey dijo a sus servidores: 'Sacadme fuera, porque estoy gravemente herido'.


¿Quién dijo algo y sucedió Mem sin que el Se or lo disponga?


Por eso, también yo me he puesto a castigarte, a devastarte por tus pecados.


Llevaban corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como ruido de carros de muchos caballos que se lanzan al combate.


David metió la mano en su morral, sacó de él un guijarro, lo lanzó con la honda e hirió al filisteo en la frente; el guijarro se le clavó en ella, y el filisteo cayó de bruces en tierra.


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