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1 Reyes 21:13 - Biblia Castilian 2003

13 Llegaron luego los dos hombres perversos, se sentaron frente a él y testificaron as contra Nabot delante del pueblo: 'Nabot ha maldecido a Dios y al rey'. Entonces lo sacaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Luego llegaron los dos sinvergüenzas y se sentaron frente a él. Entonces acusaron a Nabot ante todos los presentes diciendo: «Este hombre maldijo a Dios y al rey». Entonces arrastraron a Nabot hasta sacarlo de la ciudad y lo mataron a pedradas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces se presentaron dos malvados, se pusieron frente a Nabot para testimoniar contra él, y ante todo el pueblo dijeron: '¡Nabot maldijo a Dios y al rey!' Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Y Nabot murió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 y los dos hombres, hijos de Belial, entraron y se sentaron ante él, y estos hijos de Belial testificaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: ¡Nabot maldijo a ’Elohim y al rey! Y ellos lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron con piedras, hasta que murió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Llegaron luego los dos hombres perversos, se sentaron frente a él y testificaron así contra Nabot delante del pueblo: 'Nabot ha maldecido a Dios y al rey'. Entonces lo sacaron fuera de la ciudad, lo apedrearon y murió.

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1 Reyes 21:13
38 Referans Kwoze  

Luego mandaron a decir a Jezabel: 'Nabot ha sido lapidado y ha muerto'.


Estaba Eliseo sentado en su casa y con él estaban los ancianos, cuando el rey envió por delante a un hombre. Pero antes de que el mensajero llegara, dijo a los ancianos: '¿Habéis visto cómo ese hijo de asesino ha enviado a cortarme la cabeza? Mirad: cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y no lo dejéis pasar. ¿Acaso no se oye tras de él el ruido de los pasos de su se or?'.


'¿Es que yo no vi ayer la sangre de Nabot y la de sus hijos? ¡Oráculo de Yahveh! Pero yo te daré tu merecido en este mismo campo. ¡Oráculo de Yahveh!'. Ahora, pues, llévalo y arrójalo en ese campo, conforme a la palabra de Yahveh'.


Pero ellos conspiraron contra él y lo lapidaron por orden del rey en el atrio del templo de Yahveh.


Pero prueba a extender tu mano y tocar su hacienda. ¡Ya verás cómo te maldice en tu propia cara!'.


Una vez terminados los d as de banquete, Job los hac a venir para purificarlos y, levantándose muy de ma ana, ofrec a un holocausto por cada uno de ellos, pues se dec a para s: 'Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón'. As hac a Job constantemente.


Le dijo su mujer: '¿Todav a sigues empe ado en tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!'.


si com sus frutos sin pagarlos y oprim el ánimo de los campesinos,


No me entregues al capricho de mi esp a: se yerguen contra m testigos falsos que inspiran violencia.


Testigos violentos se levantan, y sobre cosas que ignoro me interrogan.


No darás contra tu prójimo falso testimonio.


El testigo protervo se burla de la justicia, la boca de los malvados devora iniquidad.


Testigo falso no queda impune, quien profiere mentiras no se libra.


Testigo falso no queda impune, quien profiere mentiras perece.


Maza, espada, flecha aguda: tal es quien declara en falso contra su prójimo.


falso testigo que lanza calumnias, y promotor de discordias entre hermanos.


No maldigas del rey ni siquiera en tu lecho, ni maldigas del rico ni siquiera en tu alcoba, porque las aves del cielo llevarán tus palabras y los pájaros repetirán lo que hayas dicho.


He visto además todos los abusos que se cometen bajo el sol: el llanto de los oprimidos sin que nadie los consuele, la violencia de los opresores sin que nadie reclame venganza.


Pasará alguien oprimido y hambriento; el hambre le irritará y maldecirá a su rey y a su Dios. Volverá su rostro hacia arriba,


Entonces Amas as, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboán, rey de Israel: 'Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el pa s no puede soportar más sus palabras.


Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo irrefutable contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que defraudan el jornal del jornalero, avasallan a la viuda y al huérfano y oprimen al forastero mostrando as que no me temen - dice Yahveh Sebaot -.


Entonces algunos escribas pensaron para s: '¡Pero si éste está blasfemando!'.


Y comenzaron a acusarlo: 'Hemos encontrado a este hombre, que pervierte a nuestro pueblo prohibiendo pagar los tributos al César y diciendo que él es Cristo rey'.


Desde entonces Pilato intentaba soltarlo. Pero los jud os continuaron gritando: 'Si sueltas a éste, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey se opone al César'.


Hemos descubierto que éste es un hombre pest fero y promotor de tumultos entre todos los jud os dispersos por el mundo, como cabecilla de la secta de los nazarenos.


Entonces sobornaron a unos hombres que dijeron: 'Le hemos o do proferir palabras injuriosas contra Moisés y contra Dios'.


sino que lo matarás sin remisión. Tu mano será la primera que se alce contra él para hacerle morir y, después, la mano de todo el pueblo.


Entonces todos los hombres de la ciudad lo lapidarán hasta que muera. As harás desaparecer la maldad de en medio de ti, y todo Israel, al enterarse, temerá.


se llevará a la joven a la entrada de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la lapidarán hasta que muera, por haber cometido una infamia en Israel, prostituyéndose en la casa de su padre. As harás desaparecer la maldad de en medio de ti.


sacaréis a los dos a la puerta de la ciudad y los lapidaréis hasta que mueran: a la joven, por no haber gritado en la ciudad; al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. As harás desaparecer el mal de en medio de ti.


No darás contra tu prójimo falso testimonio.


Fueron apedreados, puestos a prueba, aserrados; murieron al filo de la espada; fueron de acá para allá cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidad, sufriendo tribulación, maltratados.


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