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1 Reyes 20:1 - Biblia Castilian 2003

1 Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Ten a consigo treinta y dos reyes, con caballos y carros. Subió, puso cerco a Samar a y la atacó.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Por ese tiempo, Ben-adad, rey de Aram, movilizó a su ejército con el apoyo de treinta y dos reyes aliados, sus carros de guerra y sus caballos. Sitiaron Samaria, la capital de Israel, y lanzaron ataques contra la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Ben-Hadad, rey de Aram, reunió a todo su ejército. Tenía a su lado a treinta y dos reyes, caballos y carros cuando salió para sitiar a Samaría con el fin de apoderarse de ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ben-hadad, rey de Siria, concentró todo su ejército, y acompañado de treinta y dos reyes vasallos, con caballería y carros, marchó contra Samaria, y le puso sitio y la atacó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo treinta y dos reyes, con caballos y carros. Subió, puso cerco a Samaría y la atacó.

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1 Reyes 20:1
28 Referans Kwoze  

Entonces Asá tomó cuanta plata y oro quedaba en el tesoro del templo de Yahveh y en el del palacio real y se los entregó a sus servidores, para que se los llevasen a Ben Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Jezión, rey de Aram, que resid a en Damasco, con este propósito:


Ben Hadad accedió a la petición de Asá y envió a los jefes de sus tropas contra las ciudades de Israel. Conquistó Iyón, Dan, Abel Bet Maacá y toda la región de Quinerot, además de todo el territorio de Neftal.


Compró el monte de Samar a a Sémer por dos talentos de plata y lo fortificó; y a la ciudad que hab a construido la llamó Samar a, del nombre de Sémer, propietario del monte.


Hicieron una salida en torno al mediod a, mientras Ben Hadad estaba bebiendo en la tienda, ya borracho, junto con los treinta y dos reyes, sus auxiliares.


Despachó mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,


Haz, pues, lo siguiente: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon en su lugar gobernadores.


Por su parte, el rey de Aram hab a dado esta orden a los treinta y dos jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, ni chico ni grande, sino sólo al rey de Israel'.


El rey de Aram hac a la guerra a Israel. Celebró un consejo con sus cortesanos y les dijo: 'En tal y tal sitio instalaré mi campamento'.


Y cuando estaba contando al rey que hab a resucitado a un muerto, se presentó la mujer a cuyo hijo hab a resucitado, para reclamar ante el rey su casa y su campo. Dijo entonces Guejaz: '¡Oh, mi se or el rey! Ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que resucitó Eliseo'.


'Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba de la ley del Dios del cielo, paz perfecta, etc.


Movilizó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, equipados con sus correspondientes guerreros.


Pues dice: '¿No son reyes todos mis jefes?


Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Se or y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cimas del L bano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.


Prenderé fuego a los muros de Damasco y devorará los palacios de Ben Hadad.


Porque as dice el Se or Yahveh: 'Yo traeré contra Tiro desde el norte a Nabucodonosor, rey de Babel, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas.


Tú, ¡oh rey!, eres rey de los reyes, a quien el Dios del Cielo ha concedido el imperio, el poder, la fuerza y la gloria.


Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.


Enviaré fuego a la casa de Jazael, que devorará los palacios de Ben Hadad.


Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les temas, pues Yahveh, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.


Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que, en todo tu pa s, se derrumben las murallas más altas y mejor fortificadas, en las que tú confiabas; que te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yahveh, tu Dios, te ha dado.


Exclamó entonces Adoni Bézec: 'Setenta reyes, a quienes se les amputaron los pulgares de manos y pies, recog an migajas bajo mi mesa. Dios me paga mi merecido'. Le llevaron a Jerusalén y all murió.


Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yab n ten a novecientos carros de hierro y hab a ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte a os.


Los filisteos, por su parte, se congregaron para hacer la guerra a Israel: tres mil carros, seis mil jinetes y tropa tan numerosa como la arena que hay a orillas del mar. Subieron y acamparon en Micmás, al este de Bet Avén.


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