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1 Reyes 17:1 - Biblia Castilian 2003

1 El as, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos a os no ha de haber roc o ni lluvia, sino por orden m a'.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Elías, que era de Tisbé de Galaad, fue a decir a Ajab: 'Tan cierto como que vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá estos años ni rocío ni lluvia, a menos que yo lo ordene'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: ¡Vive YHVH, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no ha de haber rocío ni lluvia, sino por orden mía'.

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1 Reyes 17:1
41 Referans Kwoze  

Ella le respondió: '¡Por vida de Yahveh, tu Dios, que no tengo pan cocido, sino únicamente un pu ado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza! Precisamente estoy recogiendo dos astillas de le a, para ir luego a prepararlo para m y para mi hijo; lo comeremos, y, después, esperaremos la muerte'.


Después le habló Yahveh as:


Después de mucho tiempo, en el a o tercero, habló Yahveh a El as y le dijo: 'Vete a ver a Ajab, porque voy a enviar lluvia sobre la haz de la tierra'.


¡Por vida de Yahveh, tu Dios! No hay nación ni reino adonde mi se or no haya mandado a buscarte. Y cuando le dec an: 'No está aqu ', hac a jurar a aquel reino y a aquella nación que no te hab an encontrado.


Entonces exclamó El as: '¡Por vida de Yahveh Sebaot, a quien sirvo! Hoy mismo me voy a presentar delante de él'.


Pero Miqueas respondió: '¡Vive Yahveh, que sólo anunciaré lo que Yahveh me diga!'.


Cuando el cielo se cierre y no deje caer lluvia porque ellos pecaron contra ti, si ellos te imploran en este lugar y alaban tu nombre y se arrepienten de sus pecados porque tú les has afligido,


Pero el ángel de Yahveh dijo a El as el tesbita: 'Ve y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samar a, y diles: '¿Acaso no hay Dios en Israel y por eso vais a consultar a Baal - Zebub, dios de Ecrón?'.


Replicó Eliseo: '¡Por vida de Yahveh Sebaot, a quien sirvo, que si no fuera por tener delante a Josafat, rey de Judá, no te atender a ni te mirar a siquiera!


Volvió Eliseo a Guilgal. Hab a entonces hambre en la región. Estando los hijos de los profetas sentados ante él, dijo a su criado: 'Pon la olla grande y cuece un potaje para los hijos de los profetas'.


Pero él respondió: '¡Por vida de Yahveh, a quien sirvo, que no lo aceptaré!'. Y por más que insistió para que lo aceptara, él lo rehusó.


Entonces Guejaz, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: 'Realmente mi se or ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le tra a. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!'.


Le llegó entonces un escrito de parte del profeta El as en el que éste le dec a: 'As habla Yahveh, Dios de tu padre David: por no haber seguido los caminos de tu padre Josafat, ni los de Asá, rey de Judá,


Cuando el cielo se cierre y no deje caer lluvia porque ellos pecaron contra ti, si ellos te imploran en este lugar y alaban tu nombre, y se arrepienten de sus pecados porque tú los has afligido,


Si retiene las aguas, sobreviene la sequ a; si las suelta, devastan la tierra.


Alza en torno tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. ¡Vivo yo - oráculo de Yahveh -, que a todos ellos te los vestirás, como adorno, te ce irás con ellos como una novia!


Haré de ella un erial: no se podará ni escardará, crecerán cardos y abrojos; mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.


¿Hay entre los dolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!


Por esto as dice Yahveh: 'Si te conviertes, te permito volver, podrás estar en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás como mi propia boca. Ellos se volverán a ti, tú no te volverás a ellos.


los profetas que hubo antes de m y de ti, desde siempre, han profetizado guerra, hambre y peste contra pa ses poderosos y contra grandes reinos.


Por eso, por causa vuestra, el cielo ha retenido la lluvia y la tierra se ha negado a dar sus frutos.


Y si queréis aceptarlo, éste es El as, el que ten a que venir.


Ellos respondieron: 'Unos que Juan el Bautista; otros que El as, y otros que Jerem as o uno de los profetas'.


Al o rlo, algunos de los que estaban all dec an: 'Éste está llamando a El as'.


Pero los demás dijeron: '¡Déjalo! Vamos a ver si viene El as a salvarlo'.


porque les ense aba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.


e irá delante de él con el esp ritu y el poder de El as, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los rectos, a fin de preparar al Se or un pueblo bien dispuesto'.


El ángel le contestó: 'Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios; y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte esta buena noticia.


Velad, pues, orando en todo tiempo, para que logréis escapar de todas estas cosas que han de sobrevenir, y para comparecer seguros ante el Hijo del hombre'.


Y he aqu que dos hombres conversaban con él: eran Moisés y El as,


Cuando éstos estaban a punto de separarse de él, dijo Pedro a Jesús: '¡Maestro! ¡Qué bueno seria quedarnos aqu ! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para El as'; sin saber lo que dec a.


Cuando los disc pulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron: 'Se or, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y los devore? '.


Y le preguntaron: 'Pues entonces, ¿qué? ¿Eres tú El as?'. Y él contesta: 'No lo soy'. '¿Eres tú el profeta?'. Y respondió: 'No'.


Le volvieron a preguntar: 'Pues entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni El as, ni el profeta?'.


Pues esta noche se me ha aparecido un ángel del Dios a quien pertenezco y doy culto,


¡No! Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano reconoció por suyo. ¿O es que no sabéis qué dice la Escritura en la historia de El as? As interpela éste a Dios contra Israel:


Por aquel entonces separó Yahveh la tribu de Lev, para que llevara el arca de la alianza de Yahveh, estuviera en su presencia y le sirviera y para que bendijera en su nombre hasta el d a de hoy.


El as, de nuestra misma condición humana, oró con insistencia para que no hubiera lluvia, y no llovió sobre la tierra en tres a os y seis meses.


Tienen el poder de cerrar el cielo para que no caiga lluvia durante los d as de su ministerio profético, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con cualquier plaga cuantas veces quieran.


Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y declaró la guerra a Efra n. Los de Galaad derrotaron a los de Efra n, que dec an: '¡Vosotros, galaaditas, sois tránsfugas de Efra n, de en medio de Efra n, en medio de Manasés!'.


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