1 El as, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos a os no ha de haber roc o ni lluvia, sino por orden m a'.
1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
1 Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».
1 Elías, que era de Tisbé de Galaad, fue a decir a Ajab: 'Tan cierto como que vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá estos años ni rocío ni lluvia, a menos que yo lo ordene'.
1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: ¡Vive YHVH, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!
1 Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no ha de haber rocío ni lluvia, sino por orden mía'.
Ella le respondió: '¡Por vida de Yahveh, tu Dios, que no tengo pan cocido, sino únicamente un pu ado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza! Precisamente estoy recogiendo dos astillas de le a, para ir luego a prepararlo para m y para mi hijo; lo comeremos, y, después, esperaremos la muerte'.
¡Por vida de Yahveh, tu Dios! No hay nación ni reino adonde mi se or no haya mandado a buscarte. Y cuando le dec an: 'No está aqu ', hac a jurar a aquel reino y a aquella nación que no te hab an encontrado.
Cuando el cielo se cierre y no deje caer lluvia porque ellos pecaron contra ti, si ellos te imploran en este lugar y alaban tu nombre y se arrepienten de sus pecados porque tú les has afligido,
Pero el ángel de Yahveh dijo a El as el tesbita: 'Ve y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samar a, y diles: '¿Acaso no hay Dios en Israel y por eso vais a consultar a Baal - Zebub, dios de Ecrón?'.
Replicó Eliseo: '¡Por vida de Yahveh Sebaot, a quien sirvo, que si no fuera por tener delante a Josafat, rey de Judá, no te atender a ni te mirar a siquiera!
Volvió Eliseo a Guilgal. Hab a entonces hambre en la región. Estando los hijos de los profetas sentados ante él, dijo a su criado: 'Pon la olla grande y cuece un potaje para los hijos de los profetas'.
Entonces Guejaz, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: 'Realmente mi se or ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le tra a. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!'.
Le llegó entonces un escrito de parte del profeta El as en el que éste le dec a: 'As habla Yahveh, Dios de tu padre David: por no haber seguido los caminos de tu padre Josafat, ni los de Asá, rey de Judá,
Cuando el cielo se cierre y no deje caer lluvia porque ellos pecaron contra ti, si ellos te imploran en este lugar y alaban tu nombre, y se arrepienten de sus pecados porque tú los has afligido,
Alza en torno tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. ¡Vivo yo - oráculo de Yahveh -, que a todos ellos te los vestirás, como adorno, te ce irás con ellos como una novia!
¿Hay entre los dolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!
Por esto as dice Yahveh: 'Si te conviertes, te permito volver, podrás estar en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás como mi propia boca. Ellos se volverán a ti, tú no te volverás a ellos.
e irá delante de él con el esp ritu y el poder de El as, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los rectos, a fin de preparar al Se or un pueblo bien dispuesto'.
Velad, pues, orando en todo tiempo, para que logréis escapar de todas estas cosas que han de sobrevenir, y para comparecer seguros ante el Hijo del hombre'.
Cuando éstos estaban a punto de separarse de él, dijo Pedro a Jesús: '¡Maestro! ¡Qué bueno seria quedarnos aqu ! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para El as'; sin saber lo que dec a.
¡No! Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano reconoció por suyo. ¿O es que no sabéis qué dice la Escritura en la historia de El as? As interpela éste a Dios contra Israel:
Por aquel entonces separó Yahveh la tribu de Lev, para que llevara el arca de la alianza de Yahveh, estuviera en su presencia y le sirviera y para que bendijera en su nombre hasta el d a de hoy.
Tienen el poder de cerrar el cielo para que no caiga lluvia durante los d as de su ministerio profético, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con cualquier plaga cuantas veces quieran.
Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y declaró la guerra a Efra n. Los de Galaad derrotaron a los de Efra n, que dec an: '¡Vosotros, galaaditas, sois tránsfugas de Efra n, de en medio de Efra n, en medio de Manasés!'.