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1 Pedro 1:17 - Biblia Castilian 2003

17 Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conduc os con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras; tomen, pues, en serio estos años en que viven fuera de la patria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y si invocáis por Padre al que juzga imparcialmente según la obra de cada uno, conducíos con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conducíos con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,

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1 Pedro 1:17
33 Referans Kwoze  

Contestó Jacob al Faraón: 'Ciento treinta han sido los a os de mis andanzas. Pocos y malos han sido los d as de los a os de mi vida, y no han alcanzado los a os de la vida de las andanzas de mis padres'.


Emigrantes y extranjeros somos delante de ti, como lo fueron todos nuestros padres. Como sombra pasan nuestros d as sobre la tierra, y no hay esperanza.


Ahora, pues, sea con vosotros el temor de Yahveh. Mirad lo que hacéis, porque no hay en Yahveh, nuestro Dios, ni injusticia ni acepción de personas ni admisión de soborno'.


Él no tiene acepción de los pr ncipes ni distingue al rico del pobre, porque todos son obra de sus manos.


En pena de sus culpas castigas al humano, corroes, como la ti a, su belleza: el hombre es sólo un soplo. Selah


Sobre el mar pondré su mano, sobre los r os, su derecha.


El sabio es cauto y evita el mal, el necio es arrogante y alardea.


Feliz el hombre que siempre abriga temor; quien endurece su corazón caerá en la desgracia.


Yo hab a pensado: Te pondré entre los hijos y te daré un pa s delicioso, la herencia más preciosa de las naciones. Y me dec a: me llamarás 'Padre m o', y de mi seguimiento no te apartarás.


S; yo daré entonces a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el nombre de Yahveh y le sirvan con idéntico esfuerzo.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.


Y le env an unos disc pulos suyos, con los herodianos, para decirle: 'Maestro, sabemos que eres sincero, que ense as realmente el camino de Dios y que nada te importa de nadie, porque no te fijas en las apariencias de las personas.


Vosotros, pues, orad as: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;


Muy bien: por su incredulidad fueron desgajadas, mientras que tú estás firme por la fe. Pero no presumas tanto, sino más bien teme.


gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Se or Jesucristo.


Por lo tanto, siempre tenemos ánimo y sabemos que, mientras estamos domiciliados en el cuerpo, estamos exiliados lejos del Se or;


Teniendo, pues, la posesión de tales promesas, purifiquémonos de todo lo que pueda manchar la carne o el esp ritu y completemos nuestra santificación en el temor de Dios.


Porque, mirad: ¡cuánta solicitud produjo en vosotros ese mismo hecho de entristeceros según Dios! ¡Qué disculpas! ¡Qué indignación! ¡Qué temor! ¡Qué nostalgia! ¡Qué preocupación! ¡Qué deseo de justicia! En todo momento habéis demostrado ser inocentes en este asunto.


Y de parte de los que eran tenidos por más calificados - cómo fueron ellos en el pasado es cosa que no me interesa; Dios no discrimina a las personas -; digo que los más calificados nada nuevo me impusieron.


para que el Dios de nuestro Se or Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé esp ritu de sabidur a y de revelación en el pleno conocimiento de él;


Por esta razón, doblo mis rodillas ante el Padre,


Y vosotros, amos, tratadlos de esta misma manera, dejando a un lado las amenazas y recordando que está en el cielo el que es Se or de ellos y también vuestro, y que él no discrimina a las personas.


Porque Yahveh vuestro Dios, es el Dios de los dioses y el Se or de los se ores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;


As, pues, amados m os, ya que siempre habéis sido obedientes no solo cuando estaba entre vosotros, sino mucho más ahora, que estoy ausente, trabajad con temor y temblor en vuestra propia salvación.


Pero el que cometa injusticia recibirá conforme al da o que hizo; y no hay discriminación de personas.


Por lo tanto, al recibir un reino resistente a toda sacudida, mantengamos esta gracia y, por medio de ella, demos a Dios el culto que le agrada, con un religioso temor,


As, pues, temamos, no sea que, aun quedando en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, alguno de vosotros se encuentre con que ha llegado tarde.


Queridos hermanos, os exhorto a que, como extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos puramente humanos que combaten contra el alma.


Antes bien, en vuestro corazón, tened por santo al Se or, a Cristo, siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razón de vuestra esperanza;


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