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1 Pedro 1:1 - Biblia Castilian 2003

1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos que viven como peregrinos en la diáspora, en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos,

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Biblia Reina Valera 1960

1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Yo, Pedro, apóstol de Jesucristo, escribo esta carta a los elegidos por Dios que viven como extranjeros en las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pedro, apóstol de Cristo Jesús, a los (judíos) que viven fuera de su patria, dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pedro, un apóstol° de Jesús el Mesías, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos que viven como peregrinos en la diáspora, en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos,

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1 Pedro 1:1
34 Referans Kwoze  

Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.


nos haces escapar del enemigo y nuestros opresores nos expolian.


'Pero dejaré algunos con vida. Cuando tengáis entre las naciones algunos de los evadidos de la espada, cuando seáis dispersados por los pa ses,


A vosotros os dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de vosotros. Vuestro pa s será arrasado y vuestras ciudades reducidas a escombros.


Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan;


Y si no se abreviaran aquellos d as, nadie se salvar a; pero en atención a los elegidos se abreviarán los d as aquellos.


Caminando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que estaban echando al mar una red, pues eran pescadores.


Y ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él d a y noche, aunque les haga esperar?


y no por la nación sola, sino también para reunir juntos a los hijos de Dios que estaban dispersos.


Dijéronse entonces los jud os entre s: '¿Adónde pensará irse éste, que no lo podamos encontrar nosotros? ¿Pensará, acaso, irse a la diáspora entre los griegos y ense ar también a los griegos?


All encontró a un jud o llamado Áquila, originario del Ponto, recién llegado de Italia con su mujer Priscila, porque Claudio hab a decretado que fueran expulsados de Roma todos los jud os. Se unió a ellos


Al cabo de algún tiempo emprendió un nuevo viaje y recorrió, una tras otra, las regiones de Galacia y Frigia, para fortalecer a todos los disc pulos.


As lo hizo durante dos a os, de forma que todos los habitantes de Asia, tanto jud os como griegos, oyeron la palabra del Se or.


Surgieron algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, oiriundos de Cirene y Alejandr a, de Cilicia y de Asia, que disputaban con Esteban,


Los que se hab an dispersado iban por todas partes anunciando el evangelio.


Os saludan las iglesias de Asia. Muchos saludos en el Se or de parte de Áquila y de Prisca y de la iglesia que se congrega en su casa.


Porque no queremos que ignoréis, hermanos, que la tribulación que nos sobrevino en Asia fue tan pesada, y tan por encima de nuestras fuerzas nos abrumó, que llegamos a perder toda esperanza de vivir.


y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:


estabais en aquel tiempo lejos de Cristo, privados de la ciudadan a de Israel y extra os a las alianzas de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.


As, pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que compart s la ciudadan a del pueblo santo y sois de la familia de Dios,


Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conoc ais.


Yo me dije: a polvo los reducir a, borrar a su recuerdo de entre los hombres,


Yahveh os dispersará entre los pueblos, y sólo quedaréis unos pocos en medio de los pueblos a los que os lleve Yahveh.


Ya sabes que todos los de Asia me han abandonado, entre ellos Figelo y Hermógenes.


Todos éstos murieron dentro de la fe, sin haber recibido las cosas prometidas, sino viéndolas y saludándolas desde lejos, y confesando que eran extranjeros y forasteros sobre la tierra.


Santiago, siervo de Dios y del Se or Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.


Queridos hermanos, os exhorto a que, como extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos puramente humanos que combaten contra el alma.


Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo:


que dec a: 'Escribe en un rollo lo que vas a ver y env alo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'.


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