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1 Crónicas 28:9 - Biblia Castilian 2003

9 Y tú, Salomón, hijo m o, reconoce al Dios de tu padre y s rvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahveh sondea todos los corazones y penetra la ndole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »Y tú, Salomón, hijo mío, aprende a conocer íntimamente al Dios de tus antepasados. Adóralo y sírvelo de todo corazón y con una mente dispuesta. Pues el Señor ve cada corazón y conoce todo plan y pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si te apartas de él, te rechazará para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y tú Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque YHVH escudriña los corazones de todos, y conoce toda intención de los pensamientos. Si lo buscas, será encontrado por ti; si lo abandonas, te rechazará para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahveh sondea todos los corazones y penetra la índole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.

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1 Crónicas 28:9
79 Referans Kwoze  

Yahveh estaba de pie junto a él, y le dec a: 'Yo soy Yahveh, el Dios de Abrahán, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra sobre la que estás acostado te la daré a ti y a tu posteridad.


Viendo Yahveh que era grande la maldad del hombre sobre la tierra, y que todos los designios de su corazón eran siempre perversos,


Aspiró Yahveh el calmante aroma y dijo Yahveh en su corazón: 'No volveré ya más a maldecir la tierra por causa del hombre, pues los designios del corazón del hombre son malos desde su ni ez, ni volveré a castigar más a todo viviente, como lo he hecho.


Respondió Salomón: 'Tú trataste con gran benevolencia a tu siervo David, mi padre, porque él caminó ante tu faz con lealtad y justicia y rectitud de corazón hacia ti. Y tú le conservaste esta gran benevolencia al concederle un hijo que se sentara sobre su trono tal y como hoy acontece.


escucha desde el cielo, lugar de tu morada, y perdona y actúa y da a cada uno según su conducta, tu que conoces su corazón, porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres,


escúchalo tú desde el cielo, lugar de tu morada, y haz todo cuanto ese extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.


Sea, pues, vuestro corazón todo entero para Yahveh, nuestro Dios, caminando según sus preceptos y guardando sus mandamientos, como lo es en el d a de hoy'.


'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequ as rompió en un gran llanto.


Abandonó a Yahveh, Dios de sus padres, y no siguió los caminos de Yahveh.


Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh y siguió en todo la conducta de David, su antepasado, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.


Ahora, pues, poned vuestro corazón y vuestra alma en buscar a Yahveh, Dios vuestro, y edificad el santuario de Yahveh Dios, para que el arca de la alianza de Yahveh y los utensilios sagrados de Dios sean trasladados al templo que se ha de construir en honor del nombre de Yahveh'.


Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel, asamblea de Yahveh, y ante los o dos de nuestro Dios, guardad y meditad todos los mandamientos de Yahveh, vuestro Dios, para que podáis poseer esta espléndida tierra y la dejéis en herencia a vuestros hijos después de vosotros para siempre.


El pueblo se alegró por aquellos donativos voluntarios, porque los hab an ofrecido de todo corazón y espontáneamente a Yahveh. También el rey David sintió una inmensa alegr a.


Entonces el profeta Sema as se presentó ante Roboán y ante los jefes de Judá, que se hab an reunido en Jerusalén huyendo de Sosac, y les dijo: 'As habla Yahveh: 'Vosotros me habéis abandonado, y yo, a mi vez, os abandono en manos de Sosac''.


salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡O dme, Asá y todo Judá y Benjam n! Yahveh estará con vosotros mientras vosotros estéis con él. Si lo buscáis, él se dejará hallar de vosotros; pero si lo abandonáis, él os abandonará.


escucha tú desde el cielo, lugar de tu morada, y perdona y actúa y da a cada uno según su conducta, tú que conoces su corazón, porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres,


Me daba reparo solicitar del rey soldados de a pie y de a caballo como escolta, puesto que hab amos dicho al rey: 'La mano de nuestro Dios está a favor de todos los que le buscan, y su poder y su cólera contra los que le abandonan'.


Haré por comprender la causa justa, cuando ante m viniere; procederé con noble corazón en medio de mi casa.


me siente o me levante, tú lo sabes desde lejos descubres mis ideas;


Si exploras mi interior, si me visitas en la noche, o si quieres probarme en el crisol, nada habrás de encontrar: la iniquidad no pasa por mi boca.


Dijo: Yo te amo, Se or, mi fortaleza,


Cese ya la sevicia del imp o y confirma a los justos, tú que escrutas los corazones y entresijos, tú, el Dios justiciero.


- Yahveh hace juicio a las naciones -. Hazme, Se or, justicia, según tu rectitud y conforme a mi inocencia.


Sobre el mar pondré su mano, sobre los r os, su derecha.


estará por siempre firme, cual la luna, un testimonio fiel en el espacio'. Selah


El Se or es el torreón del oprimido, Váu su refugio en los momentos del aprieto.


Yah es mi fuerza y objeto de mi canto; él ha sido salvación para m. Él es mi Dios, y yo lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo ensalzaré.


Ve, reúne a los ancianos de Israel, y diles: 'Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: yo os he visitado, y sé cómo se os trata en Egipto;


La plata se acrisola y el oro se depura; pero es Yahveh quien sondea los corazones.


En todos tus caminos reconócele y él enderezará tus senderos.


Él me ense aba y me dec a: 'Retenga tu corazón mis palabras', guarda mis preceptos y vivirás,


¡Ruina sobre rebeldes y pecadores a la vez! Los que abandonaron a Yahveh perecerán.


'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequ as rompió en un gran llanto.


No hablé en lo escondido, ni en lugar tenebroso de la tierra. No dije a la estirpe de Jacob: 'Buscadme en el caos'. Yo soy Yahveh, que digo verdad y declaro lo que es justo.


Yahveh Sebaot, juez justo, que sondeas el corazón y las entra as, vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti encomiendo mi causa.


Yo, Yahveh, escruto el corazón, sondeo las entra as, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.


Yahveh Sebaot, juez justo, que sondeas el corazón y las entra as, vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti encomiendo mi causa.


Juzgó la causa del pobre y del necesitado, y entonces le iba bien. ¿No es esto conocerme? - oráculo de Yahveh -.


y les daré un corazón para conocerme, porque yo soy Yahveh: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues se convertirán a m con todo su corazón'.


cuando me busquéis, me encontraréis,


cuando me busquéis con todo vuestro corazón, me dejaré hallar por vosotros - oráculo de Yahveh -, cambiaré vuestra suerte, os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os he expulsado - oráculo de Yahveh - y os volveré al lugar de donde os he desterrado.


No tendrá ya que ense arse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande - oráculo de Yahveh -, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.


'Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh - en que castigaré a todos los circuncidados que siguen siendo incircuncisos:


Me invadió entonces el esp ritu de Yahveh y me dijo: 'Di: as dice el Se or Yahveh: eso habéis dicho vosotros, casa de Israel; pero lo que se os viene al pensamiento yo bien lo sé.


'As dice el Se or Yahveh: aquel d a te vendrán a la mente pensamientos y concebirás un proyecto malvado.


Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del pa s, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.


Perece mi pueblo por falta de sabidur a. Porque tú has rechazado la sabidur a, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y dice de él: 'Éste es un auténtico israelita, en quien no hay doblez'.


Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.


y no ten a necesidad de que le atestiguaran nada de nadie; porque él sab a lo que hay en el interior de cada uno.


Por tercera vez le pregunta: 'Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?'. Pedro sintió pena cuando Jesús le dijo por tercera vez '¿me quieres?' y le respondió: 'Se or, tú lo sabes todo, tú conoces bien que te quiero'. D cele Jesús: 'Apacienta mis ovejas.


Dios es esp ritu; y los que lo adoran tienen que adorarlo en esp ritu y verdad'.


pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.


Y puestos en oración dijeron: 'Tú, Se or, conocedor de los corazones de todos, ind canos a quién de estos dos has elegido


Porque, al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he hallado incluso un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que sin conocer veneráis, es lo que os anuncio yo.


Pues bien, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, Dios ahora invita a los hombres a que todos y en todas partes se conviertan,


Despertad de esa modorra, como es justo, y no sigáis pecando; pues ignorancia de Dios es lo que algunos tienen. Para vergüenza vuestra lo digo.


Porque Dios que dijo: 'De entre las tinieblas brille la luz', Él es quien hizo brillar la luz en nuestros corazones, para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.


Porque cuando hay buena voluntad, se acepta con gusto lo que uno tiene y no se le pide lo que no tiene.


Cada uno dé lo que su corazón le dicte, no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegr a.


Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide Yahveh, tu Dios, sino que temas a Yahveh, tu Dios, sigas todos sus caminos, ames y sirvas a Yahveh, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,


cuando le alcancen muchos males y aflicciones, este cántico dará testimonio contra ellos, pues no caerá en olvido en la boca de sus descendientes. Porque yo conozco los propósitos que se forja hoy, aun antes de que lo introduzca en el pa s que le promet bajo juramento'.


Te ha sido concedido ver todo esto, para que sepas que Yahveh es, en verdad, Dios, y que no hay otro fuera de Él.


Por lo tanto, al recibir un reino resistente a toda sacudida, mantengamos esta gracia y, por medio de ella, demos a Dios el culto que le agrada, con un religioso temor,


Nada creado está oculto a su presencia: todo está desnudo y patente a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.


apacentad el reba o de Dios que está entre vosotros, vigilando, no obligados por la fuerza, sino de buen grado, según Dios; y no por sórdida ganancia, sino con generosidad;


A sus hijos los mataré sin remisión, y conocerán todas las Iglesias que soy yo quien escruta los corazones y las entra as. Yo os daré a cada uno de vosotros según sus obras.


Samuel entonces dijo al pueblo: 'No temáis. Es cierto que habéis cometido esta gran maldad; pero no os apartéis de Yahveh, sino servidle de todo corazón.


Pero Yahveh dijo a Samuel: 'No mires su buena presencia ni su gran estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre no ve más que la apariencia, pero Yahveh ve el corazón'.


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