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1 Crónicas 21:16 - Biblia Castilian 2003

16 David alzó los ojos y vio al ángel de Yahveh que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano, extendida sobre Jerusalén. David y los ancianos, cubiertos de saco, cayeron rostro en tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 David levantó la vista y vio que el ángel del Señor estaba entre el cielo y la tierra con su espada desenvainada, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los líderes de Israel se pusieron tela áspera en señal de su profunda angustia y cayeron rostro en tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Alzando David los ojos vio el Angel que estaba entre el cielo y la tierra con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los jefes, vestidos con sacos, se postraron rostro en tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de YHVH, que estaba entre la tierra y los cielos, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalem. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 David alzó los ojos y vio al ángel de Yahveh que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano, extendida sobre Jerusalén. David y los ancianos, cubiertos de saco, cayeron rostro en tierra.

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1 Crónicas 21:16
15 Referans Kwoze  

Echó, pues, fuera al hombre, y apostó al oriente del jard n de Edén querubines y la llama de la vibrante espada para cerrar el paso al árbol de la vida.


Al o r Ajab todas estas palabras, rasgó sus vestiduras, se puso un saco sobre la carne y ayunó. Se acostaba con el saco puesto y andaba abatido.


El rey Ezequ as, al o rlo, rasgó sus vestiduras y, cubierto de saco, entró en el templo de Yahveh.


Entonces Eliseo se puso a orar y dijo: '¡Oh Yahveh! Ábrele los ojos para que vea'. Abrió Yahveh los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba lleno de caballos y de carros de fuego que rodeaban a Eliseo.


Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos del Faraón caerán. Y sabrán que yo soy Yahveh cuando ponga mi espada en manos del rey de Babilonia y él la esgrima contra el pa s de Egipto.


Mientras ellos segu an matando, yo me quedé solo. Ca entonces de bruces y gritando dije: '¡Ay, Se or Yahveh! ¿Vas a exterminar todo lo que queda de Israel, volcando tu furor sobre Jerusalén?'.


Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra delante de toda la comunidad de los israelitas.


Cayeron ellos rostro en tierra y exclamaron: '¡Oh Dios! Dios que da vida a toda carne, ¿no es uno el que pecó? ¿Por qué has de enojarte contra toda la comunidad?'.


Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.


Yahveh abrió entonces los ojos de Balaán, quien, viendo al ángel de Yahveh de pie en el camino con la espada desenvainada, se arrodilló y se postró rostro en tierra.


Cuando la llama sub a del altar hacia el cielo, el ángel de Yahveh se elevó también en la llama del altar. Al verlo, Manóaj y su mujer cayeron rostro en tierra.


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