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Mateo 8:5 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

5 Entrando en Cafarnaum, vino al encuentro de Jesús un centurión que comenzó a rogarle:

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cuando Jesús regresó a Capernaúm, un oficial romano se le acercó y le rogó:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole:

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cuando Él entró en Cafarnaum, se le acercó un centurión, rogándole y diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Cuando entró en Cafarnaún se le acercó un centurión y le suplicó: '

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Mateo 8:5
15 Referans Kwoze  

Y tú, Cafarnaum, que te levantas hasta el cielo, hasta el infierno serás abatida, pues si en Sodoma se hubieran realizado los mismos milagros que en ti, todavía hoy seguiría existiendo.


El centurión y los soldados que custodiaban a Jesús, llenos de pánico a causa del terremoto y de todas las cosas que estaban aconteciendo, exclamaron: ¡Verdaderamente este era Hijo de Dios!


pero no se quedó en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaum, una ciudad situada junto al mar, en la comarca de Zabulón y Neftalí.


Entrando de nuevo en la barca, Jesús pasó a la orilla opuesta y entró en su ciudad, en Cafarnaum.


y el centurión que estaba frente a Jesús, al ver cómo expiraba después de haber dado aquel grito, exclamó: ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!


Días más tarde regresó Jesús a Cafarnaum. La noticia de que había vuelto a la casa donde se alojaba corrió rápidamente por la ciudad.


Pero cuando los soldados lo estaban atando para azotarlo, Pablo preguntó al centurión que estaba allí presente: ¿Permite la ley azotar a un ciudadano romano que ni siquiera ha sido juzgado?


Pablo llamó inmediatamente a uno de los centuriones, y le dijo: Lleva a este muchacho a ver al comandante. Tiene algo importante que comunicarle.


En seguida, sin pérdida de tiempo, llamó a dos centuriones y les ordenó: Disponed que doscientos soldados salgan esta misma noche, a las nueve, camino de Cesarea. Tened también listos doscientos flecheros y setenta jinetes.


Precisamente entonces comenzó a soplar una suave brisa del sur que pareció pronosticar un buen día de viaje. De modo que decidieron levar anclas sin pérdida de tiempo y navegar a lo largo de la costa cretense.


Pablo advirtió al centurión y a los soldados: Si esos no se quedan a bordo, vosotros pereceréis.


Pero Julio, que quería salvar la vida a Pablo, impidió que aquella acción se llevara a cabo. En cambio ordenó que todos los que supieran nadar se arrojasen al agua inmediatamente y trataran de llegar a la orilla;


Pero estos no tardaron en enterarse de que Pedro se encontraba en Lida, y como esta era una población próxima a Jope, enviaron a dos hombres a rogarle a Pedro que viniera con ellos lo antes posible.


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