Mateo 12:8 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

⁸ Porque el Hijo del hombre es también señor del sábado.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Pues el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso!

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Además, el Hijo del Hombre es Señor del sábado.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Porque señor del sábado es el Hijo del hombre'.

Mateo 12:8 Referans Kwoze

Mateo 12:32

Si, pues, alguien dice algo contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en este mundo ni en el mundo que ha de venir.

Mateo 12:40

Porque de igual modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en las entrañas del monstruo marino, también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra.

Mateo 8:20

Le respondió Jesús: Mira, las zorras tienen cubiles y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene un lugar donde recostar la cabeza.

Mateo 9:6

Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados le dijo entonces al paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

Marcos 2:28

Además, sabed que el Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.

Lucas 6:5

Con todas estas cosas, Jesús les decía: ¡El Hijo del hombre es Señor incluso del sábado!

1 Corintios 16:2

Cada primer día de la semana separad algún dinero, según lo que el Señor os haya dado que ganéis, y guardadlo en favor de esa ofrenda. Pero no esperéis a que yo llegue, sino comenzad en seguida a hacerlo así.

1 Corintios 9:21

si ando entre los gentiles, que no tienen la ley de Moisés, me hago como si yo también estuviera sin esa ley (aunque no estoy sin ley de Dios, puesto que estoy bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley;

Apocalipsis 1:10

Un domingo, estando yo en comunión con el Espíritu, oí detrás de mí una voz, vibrante como un toque de trompeta,