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Mateo 10:5 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

5 A estos doce los envió Jesús después de haberles dado las instrucciones pertinentes. Les dijo: No vayáis a las comarcas donde habitan los gentiles, ni entréis tampoco en ciudades samaritanas,

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Biblia Reina Valera 1960

5 A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Jesús envió a los doce apóstoles con las siguientes instrucciones: «No vayan a los gentiles ni a los samaritanos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: 'No vayan a tierras de paganos ni entren en pueblos de samaritanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 A estos doce envió Jesús, y les ordenó,° diciendo: No vayáis a los gentiles ni entréis en la región de Samaria,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 A estos doce los envió Jesús, con estas instrucciones: No vayáis a tierra de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos;

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Mateo 10:5
27 Referans Kwoze  

En el momento oportuno envió algunos de sus servidores a llamar a los que habían sido invitados a la boda; pero no acudió ninguno de ellos.


'Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea de los gentiles.


Un día llamó a sus doce discípulos, y después de haberles dado poder para expulsar a los espíritus impuros, los fue enviando de dos en dos.


Un día escogió el Señor a otros setenta discípulos, y los envió delante de él, de dos en dos, a las ciudades y aldeas adonde él pensaba ir.


Por último llegó un samaritano, que iba de camino; este vio al hombre tendido en la tierra y se sintió movido a compasión.


Se echó rostro en tierra a los pies de Jesús, y le daba las gracias por lo que le había hecho. Aquel hombre era un samaritano.


Un día reunió Jesús a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para vencer a todos los demonios y para sanar toda suerte de enfermedades.


Luego los envió a proclamar la llegada del reino de Dios y a sanar a los enfermos.


Así como tú me enviaste al mundo, también yo los estoy enviando al mundo;


Del mismo modo que el Padre me envió, también yo os envío a vosotros.


Dime, ¿por qué vosotros los judíos insistís en que solamente en Jerusalén puede adorarse a Dios? Nosotros, los samaritanos, decimos que debemos adorar en este monte donde también adoraron nuestros antepasados.


Llegó, pues, a un pueblo samaritano llamado Sicar, próximo a las tierras que Jacob había dado a su hijo José,


La mujer, sorprendida de que un judío le pidiera agua, le preguntó: ¿Cómo tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?Le hizo esta pregunta porque en aquel tiempo los judíos y los samaritanos ni siquiera se dirigían la palabra.


Los judíos, intrigados por aquellas palabras, se preguntaban: ¿A dónde querrá irse éste, que no podamos encontrarle? ¿Acaso piensa abandonar el país para ir a enseñar a los judíos que viven entre los griegos, o a los gentiles?


Los judíos le contestaron muy irritados: ¡Con razón decíamos que tú eres un samaritano, y que estás endemoniado!


Sin embargo, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis la fuerza necesaria para ser mis testigos en todas partes: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.


y los judíos que habían llegado acompañando a Pedro, estaban asombrados de que también sobre los gentiles se derramase el Espíritu Santo.


Saulo estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban, después de la cual y en aquel mismo día se inició una gran persecución contra los creyentes que formaban la iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, huyeron a refugiarse en diversos lugares de Judea y Samaria.


tratan de impedir que hablemos a los gentiles para que también puedan salvarse; de modo que van llevando al colmo la medida de sus pecados, y definitivamente atraen sobre sí la ira de Dios. Pablo anhela ver a los tesalonicenses


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