Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Juan 9:24 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

24 Llamaron de nuevo al que había sido ciego, y le dijeron: ¡Glorifica a Dios y dale las gracias por tu curación, pero no a Jesús, que es un hombre pecador!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: —Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 De nuevo los fariseos volvieron a llamar al hombre que había sido ciego y le dijeron: 'Confiesa la verdad; nosotros sabemos que ese hombre que te sanó es un pecador.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

24 Llamaron, pues, por segunda vez al hombre que había sido° ciego, y le dijeron: ¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que este hombre es pecador.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: 'Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador'.

Gade chapit la Kopi




Juan 9:24
22 Referans Kwoze  

Al propio tiempo crucificaron también a dos ladrones, uno a cada lado de Jesús.


de ahí que los fariseos y los escribas no dejasen de murmurar, diciendo: Este siempre se junta con pecadores, y hasta come con ellos.


Pero esto no agradó a quienes presenciaron la escena, que pronto empezaron a murmurar: ¡Ha ido a quedarse en casa de un pecador!


El fariseo que le había invitado, al ver aquello, se dijo a sí mismo: 'Si este fuera un auténtico profeta, sabría quién es la mujer que le está tocando, que se trata de una prostituta'.


No me queda mucho tiempo para hablaros, porque ya está viniendo el príncipe de este mundo. Él no tiene poder sobre mí,


porque os expulsarán de las sinagogas, y hasta llegará el día en que, si alguien os mata, creerá que está prestando un servicio a Dios.


Respondieron: ¡Si no fuera un delincuente, no te lo habríamos traído arrestado!


Al verle, los principales sacerdotes y los alguaciles prorrumpieron en gritos: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ¡Crucificadlo vosotros, puesto que yo no lo puedo culpar de ningún delito!Respondieron ellos: ¡Según nuestra ley, tiene que morir, porque se ha hecho pasar por el propio Hijo de Dios!


para que el mundo entero honre al Hijo de la misma manera que honra al Padre. Porque cualquiera que se niegue a honrar al Hijo enviado por Dios, se está negando también a honrar al Padre.


¿Quién entre vosotros podría acusarme de pecado? Sabéis muy bien que yo digo la verdad, pero no me creéis.


Dijo Jesús: Yo no tengo ningún demonio, sino que trato de honrar a mi Padre; vosotros, en cambio, hacéis lo posible por deshonrarme a mí.


Algunos de ellos decían: ¡Ese Jesús no es de Dios, porque no guarda el sábado! ¿Pero cómo podría un hombre pecador hacer semejantes señales milagrosas? se preguntaban otros.De esta manera discutían unos con otros sin lograr ponerse de acuerdo.


A esto él replicó: Si él es o no es un hombre pecador, yo no lo sé. Lo único que sé es que yo antes era ciego, y ahora veo.


El mero conocimiento de la ley de Dios no nos libra de las garras del pecado, porque no somos capaces de cumplirla. Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados, destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros.


Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos.


En aquella misma hora, la tierra fue sacudida por un terrible terremoto que destruyó la décima parte de la ciudad y causó la muerte de siete mil personas. Los supervivientes, llenos de espanto, glorificaron al Dios del cielo.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite