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Juan 20:25 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

25 Ellos le contaron que habían visto al Señor, pero Tomás respondió: Solamente creeré si veo en sus manos las heridas de los clavos y las toco con mis dedos, y si toco con mi mano su costado abierto.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Ellos le contaron: —¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió: —No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Los otros discípulos le dijeron: 'Hemos visto al Señor. Pero él contestó: 'Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Por tanto le dijeron los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Pero él les dijo: A menos que vea en sus manos la señal de los clavos, y meta mi dedo en el lugar de los clavos, y meta mi mano en su costado, de ningún modo creeré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Los otros discípulos le decían: 'Hemos visto al Señor'. Pero él les respondió: 'Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y no meto mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no lo creeré'.

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Juan 20:25
25 Referans Kwoze  

A otros ha salvado, pero a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel, que se baje ahora de la cruz y creeremos en él.


Les relató lo acontecido en el sepulcro, y también les dijo (aunque ellos no lo creyeron) que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto.


Estos fueron a hacérselo saber a los demás, que tampoco creyeron la noticia.


Por último se apareció a los once discípulos, que estaban sentados a la mesa y comían juntos. Jesús les reprochó la incredulidad y dureza de corazón con que se habían negado a creer a quienes lo habían visto resucitado.


Jesús les dijo entonces: ¡Qué necios y torpes sois! ¡Cuánto os cuesta creer lo que los profetas han afirmado en las Escrituras!


fue adonde este estaba y le dijo: Hemos encontrado al Mesías (que significa 'el Cristo').


Mira las heridas de mis manos y tócalas con tu dedo; y acerca acá tu mano para tocar mi costado. ¡Y no seas incrédulo, sino creyente!


¡Es el Señor! le dijo a Pedro el discípulo al que Jesús quería entrañablemente. Y Simón Pedro, al oírlo, se vistió la ropa que antes se había quitado para pescar, y se lanzó al agua.


Pero dinos, ¿cuál es tu obra? ¿Con qué señal, con qué milagro nos demuestras que tú eres el Mesías en quien debemos creer?


Por tanto, hermanos, mirad que en ninguno de vosotros aliente un corazón que, maleado por la incredulidad, le aparte del Dios vivo.


¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en el lugar de reposo que les había preparado?... Se refería a los que le habían desobedecido,


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