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Juan 18:11 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

11 ¡Mete esa espada en su vaina! ¿Acaso no he de beber la copa que el Padre me ha dado que beba? Jesús ante Anás

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Pero Jesús le dijo a Pedro: «Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber de la copa de sufrimiento que me ha dado el Padre?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Jesús dijo a Pedro: 'Coloca la espada en su lugar. ¿Acaso no voy a beber la copa que el Padre me ha dado?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa° que me ha dado el Padre, ¿no la he de beber?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Jesús dijo a Pedro: 'Mete la espada en la vaina. ¿Es que no voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?'.

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Juan 18:11
22 Referans Kwoze  

Pero Jesús respondió, diciéndoles a ellos: ¡No sabéis lo que pedís! ¿Creéis que podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Sí podemos respondieron.


Se separó un poco de ellos, se postró rostro en tierra y oró diciendo: Padre mío, si es posible, haz que pase de mí esta copa de amargura. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.


Por segunda vez se alejó de ellos para seguir orando. Decía: Padre mío, si no es posible que esta copa pase de mí, hágase tu voluntad.


Es normal que la gente del mundo se apure por esas cosas, pero no vosotros, porque vuestro Padre celestial sabe que las necesitáis.


diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa de amargura. Pero hágase tu voluntad, y no la mía.


Si cumplís mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, de la misma manera que yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.


Padre, mi deseo es que los que me has confiado estén también conmigo donde yo estoy, para que puedan contemplar la gloria que en tu amor me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.


Dijo Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si lo fuese, mis seguidores habrían peleado por evitar que se me entregase a los dirigentes judíos que me arrestaron. No, mi reino no es de este mundo.


Jesús le advirtió: ¡No me toques!, porque aún no he subido adonde está mi Padre. Pero ve a buscar a mis hermanos y diles que subo al que es mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios.


porque no son armas humanas, sino poderosas armas divinas destinadas a destruir fortalezas,


Apoyados por el poder de Dios, nunca nos hemos apartado de la verdad; y armados de piedad y rectitud, hemos combatido a derecha e izquierda.


puestos los ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe, a quien no le importó sufrir el oprobio de la muerte vergonzosa en una cruz, sino que aceptó morir en ella sabiendo el gozo que le esperaba. Miremos, pues, a Jesús, que ahora ocupa el lugar de honor a la derecha de Dios.


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