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Juan 17:26 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

26 les he dado a conocer quién eres, y se lo daré a conocer todavía más, a fin de que el mismo amor que tú me tienes llegue a estar en ellos como yo lo estoy.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amas esté en ellos y también yo esté en ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Y les di a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos, y Yo en ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Les he revelado tu nombre, y se lo seguiré revelando, para que el amor con que me has amado esté con ellos, y en ellos también yo.'

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Juan 17:26
28 Referans Kwoze  

Cuando yo vuelva a vivir, conoceréis que estoy en el Padre, que vosotros estáis en mí y que yo estoy en vosotros.


Respondió Jesús diciendo: El que me ama cumplirá los mandamientos que os he dado, y mi Padre lo amará también, y vendremos a él para que viva con nosotros.


Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace o lo que desea hacer su señor; pero os llamo mis amigos porque os he dado a conocer todas las cosas que mi Padre me ha dicho.


Ahora permaneced en mí y yo permaneceré en vosotros; porque así como ningún sarmiento puede dar fruto por sí mismo, esto es, separado de la vid, tampoco vosotros podréis darlo si os separáis de mí.


Como el Padre me ha amado a mí, también yo os he amado a vosotros. ¡Permaneced en mi amor!


yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta, y para que el mundo sepa que tú me enviaste y que los has amado a ellos como me has amado a mí.


Yo he hecho manifiesto tu nombre a todos aquellos que en este mundo me confiaste. Ellos estaban en el mundo, pero tú me los diste; realmente siempre han sido tuyos, pero me los diste y han guardado tu palabra.


porque les he transmitido todas las palabras que me diste; ellos las recibieron, y saben con toda certidumbre que salí de ti para venir acá, y han creído que tú me enviaste.


El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.


Y no busco mi propia gloria; pero hay uno que la busca y que juzgará a los que me rechazan.


Pero si Cristo vive en vosotros, vuestros cuerpos ciertamente están muertos a causa del pecado, pero vuestros espíritus viven para hacer lo que es bueno y justo.


Por eso, porque Dios así lo ha querido, vosotros estáis unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido para nosotros en sabiduría, justificación, santificación y redención.


Así como el cuerpo humano es uno, aunque está formado por muchos miembros, y todos esos miembros, aun siendo muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con el 'cuerpo de Cristo', que es la iglesia.


Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora vivo es el resultado de mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a muerte por mí.


Alabemos, pues, a Dios, que con su gloriosa misericordia nos ha aceptado en su amado Hijo,


Y le pido que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, y que así, arraigados y fundados en amor,


que es su cuerpo, del que nosotros somos miembros.


Este es un misterio difícil de entender, pero viene a ilustrar la relación de Cristo con la iglesia.


que consiste en un plan mantenido en secreto por Dios durante siglos y generaciones, pero que ahora ha querido revelar en toda su gloriosa riqueza a su pueblo santo: que Cristo es la esperanza de gloria en vosotros los gentiles.


Vosotros, si tenéis a Cristo, lo tenéis todo, pues él es la cabeza, la potestad suprema sobre cualquier principado y autoridad.


en esa nueva vida no tiene ninguna importancia haber nacido griego o judío, ni estar o no circuncidado, ni pertenecer a esta o aquella nación, ni ser esclavo o libre. Lo único que importa es tener a Cristo, que es el todo en todos.


Que el mismo Señor Jesucristo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y que por pura gracia nos dio eterno consuelo y una esperanza que no tiene parangón,


'Proclamaré tu nombreante mis hermanos, y te alabaré en medio de la comunidad'.


El que guarda los mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y sabemos que Dios permanece en nosotros por el Espíritu Santo que nos ha dado.


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