Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Juan 17:24 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

24 Padre, mi deseo es que los que me has confiado estén también conmigo donde yo estoy, para que puedan contemplar la gloria que en tu amor me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el mundo.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

24 Padre, aquello° que me has dado, quiero que donde Yo estoy, también ellos estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me amaste antes de la fundación del mundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 'Padre quiero que donde voy a estar, estén también conmigo los que me has dado y así contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.

Gade chapit la Kopi




Juan 17:24
30 Referans Kwoze  

Su señor, satisfecho, le dijo: '¡Muy bien! Eres un siervo bueno y fiel, y puesto que has sido fiel con el poco dinero que te entregué, te confiaré en adelante mucho más. Entra conmigo a celebrarlo'.


Su señor, satisfecho, le dijo: '¡Muy bien! Eres un siervo bueno y fiel, y puesto que has sido fiel con el poco dinero que te entregué, te confiaré en adelante mucho más. Entra conmigo a celebrarlo'.


Luego dirá el Rey a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, y heredad el reino que está preparado para vosotros desde que el mundo es mundo.


Y tened presente que no volveré a beber de este vino, fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo, con vosotros, en el reino de mi Padre.


¡Dichosos los que estén así preparados aguardando su r1egreso!, porque él mismo los llevará adentro, los acomodará y se dispondrá a servirles la comida.


Él le contestó: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso. Muerte de Jesús


Aquella Palabra se hizo hombre, y como hombre vivió entre nosotros con plenitud de gracia y de verdad. Y fuimos testigos de su gloria, la gloria que pertenece al Hijo único de Dios Padre.


Si alguno desea ser discípulo mío, que venga y me siga, porque allí donde yo esté, allí estará también mi siervo. Y mi Padre honrará a todo el que me sirva.


Cuando me haya ido y ya todo esté dispuesto, volveré y os llevaré conmigo, para que siempre estéis donde yo esté.


Como el Padre me ha amado a mí, también yo os he amado a vosotros. ¡Permaneced en mi amor!


dando vida eterna a todos los que le has confiado, y según la autoridad que le concediste sobre la humanidad entera.


Yo les he dado la gloria que me diste, la gloria de que todos sean uno, como nosotros somos uno:


Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti, con aquella misma gloria que yo tenía estando contigo desde antes de la fundación del mundo. Jesús ora por sus discípulos


Sin embargo, sabed que yo recibiré a todos los que el Padre me dé y vengan a mí, y no rechazaré a ninguno que él me haya enviado;


Y la voluntad de mi Padre, que me envió, es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha confiado, sino que en el día último los resucite a todos para vida eterna.


Os aseguro que antes de que Abraham fuese, yo soy.


De igual modo, lo que ahora conocemos es oscuro, como la imagen imprecisa de un espejo defectuoso; pero un día veremos cara a cara, con toda claridad. Mi conocimiento es hoy parcial, pero entonces conoceré perfectamente, como Dios me conoce a mí.


Por lo tanto, todos nosotros, que miramos a cara descubierta la gloria del Señor, la reflejamos como claros espejos, y conforme a su propia imagen somos transformados y crecemos más y más en gloria por la acción del Espíritu del Señor.


Porque Dios, que ordenó a la luz resplandecer de las tinieblas, ha llenado de luz nuestro corazón para que podamos reconocer en el rostro de Jesucristo el esplendor de la propia gloria de Dios.


El hecho es que confiamos, y que más quisiéramos estar ausentes de nuestro cuerpo actual para estar presentes delante del Señor.


Unas veces quisiera vivir, y otras veces no, pues mi verdadero anhelo es irme para estar con Cristo, lo cual es mucho mejor que quedarme aquí;


Luego nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados entre nubes juntamente con ellos y llevados al encuentro del Señor en el aire. De ese modo permaneceremos para siempre con el Señor.


Gracias a él habéis creído en Dios, que le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que solamente en Dios depositéis vuestra fe y mantengáis vuestra esperanza.


Sí, amados, ahora somos hijos de Dios; pero todavía no se ha manifestado lo que después hayamos de ser. Pero de una cosa estamos seguros: cuando Cristo venga, seremos semejantes a él y 'le veremos tal como es.


No vi en ella templo alguno, porque su templo es el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero.


Al vencedor le haré sitio en mi trono para que se siente junto a mí, del mismo modo que yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite