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Juan 12:16 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

16 Al principio, sus discípulos no entendieron estas cosas; pero después que Jesús fue glorificado comprendieron que todas ellas estaban escritas acerca de él, y que se cumplían ante los propios ojos de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Sus discípulos no entendieron en ese momento que se trataba del cumplimiento de la profecía. Solo después de que Jesús entró en su gloria, se acordaron de lo sucedido y se dieron cuenta de que esas cosas se habían escrito acerca de él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Los discípulos no se dieron cuenta de esto en aquel momento, pero cuando Jesús fue glorificado, recapacitaron que esto había sido escrito para él y que lo habían hecho para él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Al principio sus discípulos no entendieron esto, pero cuando Jesús fue glorificado, entonces recordaron que estas cosas estaban escritas acerca de Él, y que se las hicieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Sus discípulos al principio no lo comprendieron, pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que esto estaba escrito acerca de él y que eso era precisamente lo que ellos le habían hecho.

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Juan 12:16
19 Referans Kwoze  

El Señor, luego que acabó de hablar con los discípulos, fue llevado arriba, al cielo, y se sentó a la derecha de Dios.


Ellos no le comprendían, pero tampoco se atrevían a hacerle preguntas. ¿Quién es el más importante?


Los discípulos no entendieron entonces nada de lo que él les decía, porque el sentido de sus palabras les estaba oculto. Para ellos eran cosas incomprensibles. Un mendigo ciego recibe la vista


Jesús les dijo entonces: ¡Qué necios y torpes sois! ¡Cuánto os cuesta creer lo que los profetas han afirmado en las Escrituras!


Luego les abrió el entendimiento, a fin de que pudieran comprender las Escrituras,


Pero ellos no le comprendieron, porque tenían velado el entendimiento. Además temían hacerle preguntas. ¿Quién va a ser el más importante?


Él les respondió que ya había llegado la hora en que el Hijo del hombre tenía que ser glorificado,


Pero cuando el Padre envíe en mi nombre al Consolador, al Espíritu Santo, él será quien os enseñe muchas cosas y os recuerde todo lo que yo os he dicho.


Os hablo de este modo para que, cuando algo de eso suceda, recordéis que ya os lo había advertido. La obra del Espíritu Santo Tengo además que deciros algo que antes no os dije, porque estaba con vosotros y no me pareció necesario;


Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti, con aquella misma gloria que yo tenía estando contigo desde antes de la fundación del mundo. Jesús ora por sus discípulos


Por eso, después que resucitó de entre los muertos, los discípulos recordaron estas palabras y creyeron a la Escritura y lo que él había dicho de sí mismo.


Con estas palabras se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu Santo aún no había venido, pues Jesús todavía no había sido glorificado.


Con el poder de su diestra lo exaltó al lugar de honor en los cielos; y después de haber recibido del Padre la promesa de enviar al Espíritu Santo, lo derramó de la forma que vosotros habéis podido ver y oir.


Por tanto, a vosotros y a todo el pueblo de Israel os manifiesto con total seguridad que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo.


El Dios de de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado con este milagro a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis a Pilato, y a quien negasteis en su presencia cuando ya él había resuelto ponerlo en libertad.


puestos los ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe, a quien no le importó sufrir el oprobio de la muerte vergonzosa en una cruz, sino que aceptó morir en ella sabiendo el gozo que le esperaba. Miremos, pues, a Jesús, que ahora ocupa el lugar de honor a la derecha de Dios.


Mirad, hermanos, lo principal de cuanto venimos diciendo es esto: Tenemos en Cristo tal sumo sacerdote que se sentó en los cielos, en el lugar de honor, a la derecha del trono de la majestad de Dios.


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