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Juan 1:12 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

12 Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les concedió el privilegio de poder ser hechos hijos de Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero a todos los que la recibieron, a aquellos que creen en su nombre, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios;

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Juan 1:12
27 Referans Kwoze  

El que os recibe a vosotros, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.


En su nombre pondrán los gentiles su esperanza'. Jesús y Beelzebú


Por tanto, cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.


La Palabra vino a visitar a los suyos, y los suyos no quisieron recibirla.


como testigo, para que diese testimonio de la luz y para que todos tuvieran oportunidad de creer por medio de él.


y no solo por esa nación, sino para reunir a los hijos de Dios esparcidos por todo el mundo.


Jesús permaneció en Jerusalén durante toda la fiesta de la Pascua, y muchos, al ver las señales que hacía, creyeron en él.


Pero las que aquí se han narrado fueron escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida por medio de él.


Por eso, no hay condena eterna para quienes han depositado en el Hijo su esperanza de salvación; en cambio, quienes no creen en él ya están condenados, por no creer en el Hijo único de Dios.


Este hombre, que como sabéis era cojo, ha sido sanado por la fe en el nombre de Jesús. ¡Ese nombre es el que lo ha vigorizado! Por la fe recibida de Jesús, su sanación es total y perfecta, como todos vosotros podéis ver.


porque los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.


Esto es algo que el Espíritu Santo, hablándonos desde lo profundo de nuestro propio espíritu, nos enseña y asegura: que verdaderamente somos hijos de Dios.


Esa vida llegará el día en que Dios se revele a sus hijos, el día que la creación entera aguarda con ardiente anhelo.


pues ahora, por la fe en Cristo Jesús, todos somos hechos hijos de Dios;


Y Dios, por ser sus hijos, ha enviado a nuestros corazones al Espíritu de su propio Hijo Jesucristo, de modo que también nosotros, sin ningún temor, podemos llamarle Padre.


Por lo tanto, de la misma manera que un día recibisteis a Cristo Jesús, el Señor, permaneced en él confiándole vuestra existencia.


juntamente con las cuales nos ha concedido sus más preciosas y grandes promesas, mediante las cuales, habiendo huido vosotros de la corrupción que en este mundo causan los malos deseos, sois hechos partícipes de la naturaleza divina.


Mirad qué grande es el amor del Padre, que nos llamamos hijos de Dios, ¡y lo somos! Sin embargo, el mundo no nos reconoce porque no conoce a Dios.


Por la manera en que cada cual se manifiesta, se conoce quién es hijo de Dios y quién es hijo del diablo: el que no se conduce rectamente y no ama a su hermano, no es de Dios. Amémonos los unos a los otros


Sí, amados, ahora somos hijos de Dios; pero todavía no se ha manifestado lo que después hayamos de ser. Pero de una cosa estamos seguros: cuando Cristo venga, seremos semejantes a él y 'le veremos tal como es.


Y en esto consiste su mandamiento: en que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros.


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