Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Efesios 5:2 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

2 Que vuestra conducta se base en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó a sí mismo en sacrificio por nosotros; ofrenda ésta de la que Dios se agradó como de un perfume delicado.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 y andad en amor, como el Mesías también nos amó, y se entregó por nosotros en ofrenda y sacrificio a Dios para olor fragante.°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Caminad en amor, como también Cristo os amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y víctima a Dios de calmante aroma.

Gade chapit la Kopi




Efesios 5:2
54 Referans Kwoze  

Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate de muchos. Dos ciegos reciben la vista


Por eso quiero dejaros un nuevo mandamiento: Amaos los unos a los otros. De la misma manera que yo os he amado, amaos también vosotros.


Yo soy el pan de vida que ha descendido del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi propia carne, que yo daré para que el mundo reciba la vida verdadera.


me ha llamado a ser un servidor de Cristo Jesús especialmente dedicado a quienes, como vosotros, no son judíos. Mi servicio, pues, consiste en anunciaros a los gentiles el evangelio de Dios, para luego poder presentaros ante él como una ofrenda grata, santificada por la acción del Espíritu Santo.


el cual murió a causa de nuestros pecados y resucitó para poder presentarnos hechos justos delante de Dios.


El mero conocimiento de la ley de Dios no nos libra de las garras del pecado, porque no somos capaces de cumplirla. Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados, destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros.


Pero, a pesar de todo, nuestra victoria es total y definitiva gracias al amor de Jesucristo.


Y todo lo que hagáis, hacedlo con amor.


Quitad, pues, de vosotros esa vieja levadura, para que seáis como una masa nueva y limpia, no una levadura que pueda contaminaros. Actuad de esa manera, y será como si celebráramos nuestra Pascua, que es Cristo, el Cordero que fue sacrificado por nosotros.


Pero gracias a Dios que nos ha unido siempre al cortejo triunfal de Cristo, y dondequiera que vamos se sirve de nosotros para que llevemos por todas partes el fragante aroma de su conocimiento.


Porque nosotros somos para Dios como una grata fragancia de Cristo, la cual perciben tanto los que se salvan como los que se pierden.


Porque sabéis muy bien lo que nuestro Señor Jesucristo hizo en vuestro favor, cómo siendo rico sin igual, se hizo pobre por amor a vosotros, para que vosotros fuerais enriquecidos con su pobreza.


que se entregó a sí mismo a la muerte por nuestros pecados, y nos rescató de este presente mundo perverso en que vivimos, conforme al plan trazado por nuestro Dios y Padre.


Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora vivo es el resultado de mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a muerte por mí.


Desde antes de la creación del mundo, Dios nos había escogido para que pudiéramos estar en su presencia santos y sin mancha.


Y le pido que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, y que así, arraigados y fundados en amor,


lleguéis a ser plenamente capaces de comprender, junto con todo el pueblo de Dios, la anchura, longitud, altura y profundidad del amor de Cristo, un amor que va más allá de toda posibilidad de conocimiento humano. De esa forma, la plenitud de Dios estará en vosotros y os llenará por completo.


Llegados a este punto, sigamos en todo momento la verdad con amor en nuestro trato con los demás. Así, cada vez seremos más semejantes a Cristo, que es la cabeza de la iglesia.


Sed humildes y dóciles, y soportaos con paciencia y amor los unos a los otros.


Así que prestad la mayor atención a vuestra conducta. Sed sabios y no os comportéis como los necios.


Pero también el marido debe amar a su esposa de la misma forma que Cristo amó a la iglesia. Tanto la amó, que se entregó a la muerte por ella,


En estos momentos tengo cuanto necesito, y hasta me sobra, pues lo que me enviasteis por medio de Epafrodito me ha hecho nadar en la abundancia. Vuestro don es un perfume fragante, un sacrificio aceptado, agradable a Dios.


Sobre todo, que vuestra vida esté presidida por el amor, que es el vínculo que lo une todo en perfecta armonía.


En cuanto al amor fraternal que debe reinar entre vosotros, no necesitáis que yo os escriba, puesto que Dios mismo os ha enseñado a amaros fraternalmente unos a otros,


y se entregó a sí mismo en rescate por todos. Este es el mensaje que a su debido tiempo dio a conocer al mundo,


Que nadie te tenga en poco por ser joven; y procura ser para todos los creyentes un ejemplo de conversación y conducta, y de amor, fe y pureza.


Él se entregó a la muerte para pagar nuestra liberación del pecado y hacernos pueblo suyo, un pueblo deseoso de practicar el bien.


Y como todo sumo sacerdote es nombrado para que presente ofrendas y sacrificios delante de Dios, también él tuvo algo que ofrecer.


con mucha mayor eficacia la sangre de Cristo limpiará vuestras conciencias de las obras que llevan a la muerte. Él, sin mancha alguna de pecado, se ofreció a sí mismo a Dios mediante la acción del Espíritu eterno, para que vosotros podáis servir ahora al Dios vivo.


Por eso, Moisés tuvo que purificar con sangre el santuario terrenal, que con las cosas que contenía simbolizaba las celestiales; pero las propias cosas celestiales requerían mejores sacrificios.


Si le hubiera sido necesario ofrecerse muchas veces, también muchas veces habría tenido que morir desde que el mundo es mundo; pero no fue así, sino que en estos tiempos del fin se presentó para entregarse a sí mismo en sacrificio, una vez por todas, para quitar de en medio el pecado.


Sobre todo, mantened viva la llama del amor de los unos a los otros, porque el amor conlleva 'el perdón de multitud de pecados.


Cristo, al morir por nosotros, nos legó el más alto ejemplo de amor, pues nos demostró que quien ama de veras está dispuesto incluso a dar la vida por sus hermanos.


Y en esto consiste su mandamiento: en que creamos en su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros.


y de Jesucristo, el fiel testigo de la verdad. Él ha sido el primero en levantarse de los muertos para no volver a morir, y su soberanía se extiende sobre todos los reyes de la tierra. Movido por su amor infinito lavó con su sangre nuestros pecados,


y le ofrecieron al Cordero un nuevo canto, que decía: 'Tú eres digno de tomar el rollo, romper sus sellos y abrirlo, porque fuiste sacrificado y con tu sangre nos compraste para Dios de entre todos los linajes, lenguas, pueblos y naciones;


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite