Efesios 2:3 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)3 También nosotros éramos así en otro tiempo, de modo que nuestra conducta estaba dominada por deseos puramente humanos. Empujados por toda clase de pasiones y malos pensamientos, lo perverso de nuestra naturaleza nos hacía objeto de la ira de Dios, lo mismo que a todos los demás. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19603 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)3 De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos, e íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion3 Entre ellos también vivimos todos nosotros en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad° de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás; Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19753 entre los cuales también nosotros todos vivíamos entonces según las tendencias de nuestra carne, realizando los deseos de la carne y de la mente, y éramos, por naturaleza, hijos de ira, exactamente como los otros... Gade chapit la |
Ahora bien, ¿acaso esto significa que la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Lo que pasa es que, si por la ley dada a Moisés alcanzásemos la vida eterna, Dios no nos habría ofrecido otro medio de escapar del pecado, del cual somos prisioneros; pero la única manera de alcanzarla es por la fe en Jesucristo, y en ello radica la promesa dada a todos los creyentes.