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Efesios 2:16 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

16 Y siendo partes del mismo cuerpo, nos reconcilió con Dios por medio de la cruz, matando en ella toda enemistad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Cristo reconcilió a ambos grupos con Dios en un solo cuerpo por medio de su muerte en la cruz, y la hostilidad que había entre nosotros quedó destruida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Destruyó el odio en la cruz y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo° por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 y para conciliar con Dios a unos y a otros, en un solo cuerpo, por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.

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Efesios 2:16
14 Referans Kwoze  

Es decir, que si siendo enemigos nos reconcilió Dios consigo por la muerte de su Hijo, con mayor razón, una vez reconciliados con él y siendo sus amigos, nos dará la salvación por su vida.


Ciertamente nuestra vieja forma de ser fue clavada con Cristo en la cruz, y así aquella parte de nuestra vida que estaba dominada por el pecado quedó herida de muerte. De esta forma, nuestro cuerpo pecador no sigue sometido a la esclavitud del pecado,


El mero conocimiento de la ley de Dios no nos libra de las garras del pecado, porque no somos capaces de cumplirla. Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados, destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros.


porque la intención de la naturaleza pecaminosa es rebeldía contra Dios: nunca ha obedecido a la ley de Dios ni nunca podrá obedecerla.


El pan es solamente uno; mas nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo al participar del mismo pan.


Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora vivo es el resultado de mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a muerte por mí.


Con su muerte puso fin a las enemistades originadas en los mandamientos y ordenanzas de la ley mosaica; pues, tras abolir aquel sistema legal, hizo parte de sí mismo a ambos grupos, y creó un único y nuevo hombre. Así se produjo la paz.


Ese misterio consiste en que los gentiles comparten plenamente con los judíos la herencia de los hijos de Dios, y que unos y otros forman parte de un mismo cuerpo, que es la iglesia, y que las promesas de Dios en Cristo Jesús les son dadas por igual a ambos, si ambos aceptan por igual el evangelio.


porque todos somos parte de un mismo cuerpo, participamos de un mismo Espíritu y hemos sido convocados a una misma esperanza.


De este modo anuló Dios el documento acusatorio que había contra nosotros y que nos era contrario; lo quitó de en medio clavándolo en la cruz de Cristo.


Y reine en vuestro corazón la paz de Cristo, porque en ella fuisteis llamados a ser miembros de su cuerpo, que es la iglesia. Y sed agradecidos.


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