11 '¡Señor y Dios nuestro, tú eres digno de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú eres el creador de todas las cosas, y todas ellas existen porque en tu voluntad las creaste!'
11 «Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad».
11 Vuelvan a ti, Señor y Dios nuestro
la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces.
Tú creaste todas las cosas,
y por tu voluntad existen y fueron creadas.
11 ¡Digno eres, oh Señor y Dios nuestro,° de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existieron y fueron creadas!
11 'Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder. Porque tú creaste todas las cosas, por tu voluntad existen y fueron creadas'.
¡Señores!, ¿qué estáis haciendo? Nosotros también somos hombres, lo mismo que vosotros, que hemos venido a deciros que abandonéis vuestros cultos a esos ídolos que no sirven de nada, y que os volváis al único Dios vivo, que es el creador de todo lo que existe: los cielos, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos.
Él es el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en el mundo existen; y es el Señor del cielo y de la tierra, por lo cual no necesita habitar en templos construidos por los hombres.
y que explicara cómo Dios dispensa el misterio de su gracia, misterio que él, Creador del universo, había mantenido en secreto desde el origen de todos los siglos.
y juró por el que vive por toda la eternidad, el que creó el cielo y todo lo que hay en él, la tierra 'y todo lo que hay en ella, y el mar y todos los seres que lo habitan: Ya no habrá más demoras,
¡Temed a Dios decía a gran voz el ángel
y dadle gloria, porque ha llegado la hora de hacer juicio! ¡Adoradlo, porque él creó el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de sus aguas!
En su canto proclamaban a gran voz: '¡El Cordero que fue sacrificado es dignode recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza!'
y le ofrecieron al Cordero un nuevo canto, que decía: 'Tú eres digno de tomar el rollo, romper sus sellos y abrirlo, porque fuiste sacrificado y con tu sangre nos compraste para Dios de entre todos los linajes, lenguas, pueblos y naciones;