4 Procura acabar con sus mitos y fábulas, y con sus interminables genealogías, que solo son origen de disputas y en nada ayudan a que otros acepten por fe la salvación que Dios ofrece.
4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
4 No dejes que pierdan el tiempo en debates interminables sobre mitos y linajes espirituales. Esto solo conduce a especulaciones sin sentido alguno, que no ayudan a que la gente lleve una vida de fe en Dios.
4 ni se metieran en leyendas y recuentos interminables de ángeles. Esas cosas alimentan discusiones, pero no sirven para la obra de Dios, que es cuestión de fe.
Esto nos enorgullece: que nuestra conciencia no nos acusa de nada en relación con vosotros, y que, así como en el mundo nos hemos conducido con sencillez y sinceridad, así lo hemos hecho también, y aun mucho más, respecto de vosotros. Todo ello sin apelar a la humana sabiduría, sino sólo por la gracia de Dios.
Porque, sin lugar a dudas, el misterio de nuestra religión es de una grandeza extraordinaria:Cristo se manifestó en forma humana,el Espíritu Santo dio testimonio de ély los ángeles le vieron.Fue anunciado a los gentiles, aceptado en el mundo y recibido gloriosamente en el cielo.
Tú, Timoteo, que eres un hombre de Dios, huye de estas cosas y entrégate de lleno a hacer lo que es justo y bueno: la piedad, el amor al prójimo, la paciencia y la humildad.
Querido Timoteo, no dejes de cumplir lo que se te ha encomendado; pero evita profanas charlatanerías y toda inútil discusión con esos que se jactan de poseer una ciencia que no es tal.
Recuérdales esto, y exhórtalos en el nombre del Señor a no entablar discusiones por cosas que carecen de importancia, pues discutir así no trae provecho alguno, y en cambio confunde a quienes escuchan.
Huye de las pasiones juveniles y, junto con todos aquellos que con corazón limpio invocan al Señor, sigue la senda de la justicia, de la fe, del amor a Dios y de la paz.
Evita el discutir sobre cuestiones necias, genealogías y asuntos que a nada conducen. No te enzarces en polémicas en torno a la ley mosaica, porque son vanas y no traen provecho alguno.
No os dejéis seducir por enseñanzas nuevas y extrañas, porque la fortaleza espiritual es un don de Dios que no se obtiene por el hecho de observar determinadas normas de alimentación. Los que hasta ahora han tratado de obtenerla por esos medios, siempre han fracasado.
No penséis que las cosas que os hemos contado acerca del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su presencia son meras fábulas ingeniosamente construidas. De ninguna manera, sino que nosotros, con nuestros propios ojos, contemplamos su majestad