1 Juan 1:2 - Biblia Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

² Porque la vida se ha manifestado, y nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella. Por eso os proclamamos ahora la vida eterna, que estaba con el Padre y se nos manifestó.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

Biblia Nueva Traducción Viviente

² Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Porque la vida se dio a conocer, hemos visto la Vida eterna, hablamos de ella y se la anunciamos, aquella que estaba con el Padre y que se nos dio a conocer.

La Biblia Textual 3a Edicion

² (porque la Vida° fue manifestada, y la hemos visto,° y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba° ante° el Padre, y nos fue manifestada).

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² pues la vida se ha manifestado, nosotros la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna que estaba en el Padre y se nos manifestó-:

1 Juan 1:2 Referans Kwoze

Juan 1:18

Nadie ha visto jamás a Dios; pero su Hijo único, que está siempre con el Padre, nos lo ha dado a conocer. Juan el Bautista niega ser el Cristo

Juan 1:4

Porque en la Palabra estaba la vida, y la vida era la luz que iluminaba a la humanidad.

Juan 10:28

y les doy vida eterna, y jamás morirán ni habrá quien me las arrebate,

Juan 14:6

Jesús dijo entonces: Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie puede ir al Padre, si no es por mí.

Juan 15:27

Entonces también vosotros daréis testimonio ante todo el mundo, porque habéis estado conmigo desde el principio.

Juan 16:28

Sí, yo he venido del Padre para estar en el mundo; pero ahora tengo que dejar este mundo para regresar al Padre.

Juan 17:3

En esto consiste la vida eterna: en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado a este mundo.

Juan 17:5

Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti, con aquella misma gloria que yo tenía estando contigo desde antes de la fundación del mundo. Jesús ora por sus discípulos

Juan 19:35

El que contempló todas estas cosas testifica de ellas con absoluta veracidad. A él le consta que cuanto dice es cierto, y que ha narrado los hechos con la mayor exactitud para que vosotros también creáis.

Juan 21:14

Esta era la tercera vez que se manifestaba a sus discípulos después de haber resucitado de los muertos. Jesús restituye a Pedro

Juan 3:13

Piensa que nadie ha subido al cielo, sino aquel que primero vino del cielo, esto es, el Hijo del hombre, cuyo lugar es el cielo. Jesús y el amor del Padre

Juan 7:29

Pero yo sí lo conozco, porque estaba con él y él me ha enviado a vosotros.

Juan 8:38

Yo os hablo de lo que he visto estando junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que habéis oído estando junto a vuestro padre.

Hechos 1:22

Ahora, por lo tanto, es menester que entre todos los que siempre han estado a nuestro lado elijamos a uno, para que junto con nosotros sea testigo de la resurrección de Jesús. Tomemos, pues, a alguien que desde el primer momento y hasta el último haya estado con nosotros, esto es, desde que Juan bautizó al Señor y hasta el día en que fue recibido en el cielo.

Hechos 10:41

no a todo el pueblo, sino a los testigos escogidos de antemano. Esos testigos somos nosotros, los apóstoles, que comimos y bebimos con él después de haber resucitado de los muertos.

Hechos 2:32

Dios, pues, resucitó a Jesús, de lo cual somos testigos todos nosotros.

Hechos 3:15

De ese modo matasteis al Autor de la vida, al que luego Dios resucitó de la muerte, de lo cual Juan y yo somos testigos presenciales.

Hechos 5:32

Nosotros somos testigos de estas cosas, y lo es también el Espíritu Santo que Dios ha concedido a quienes le obedecen.

Romanos 8:3

El mero conocimiento de la ley de Dios no nos libra de las garras del pecado, porque no somos capaces de cumplirla. Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados, destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros.

Gálatas 4:4

Pero en el momento previsto, Dios nos envió a su Hijo, que nació de una mujer en el seno del pueblo judío.

1 Timoteo 3:16

Porque, sin lugar a dudas, el misterio de nuestra religión es de una grandeza extraordinaria:Cristo se manifestó en forma humana,el Espíritu Santo dio testimonio de ély los ángeles le vieron.Fue anunciado a los gentiles, aceptado en el mundo y recibido gloriosamente en el cielo.

2 Timoteo 1:10

Esto se hizo patente con la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que quebrantó el poder de la muerte y que por medio del evangelio trajo a la luz la vida inmortal.

Tito 1:2

vivo con la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, prometió desde antes de la creación del mundo.

1 Pedro 5:1

Permitidme que ahora dirija unas palabras a los ancianos que se encuentran entre vosotros. Yo, que también soy anciano, que con mis propios ojos vi morir a Cristo en la cruz y que participaré de la gloria que ha de ser revelada cuando él regrese, os suplico:

1 Juan 1:1

Lo que existía desde el principio de todas las cosas, lo que oímos, lo que vimos con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos, eso es la Palabra de vida.

1 Juan 2:25

Porque en esto, en la vida eterna, consiste la promesa que nos hizo Jesucristo.

1 Juan 3:5

Además, sabéis que él apareció como hombre para quitar nuestros pecados, y que jamás cometió pecado alguno.

1 Juan 3:8

Pero todo el que persiste en practicar el pecado demuestra pertenecer al diablo, que desde el principio y hasta ahora no ha dejado de pecar. ¡Pero el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo!

1 Juan 4:14

Además, con nuestros propios ojos hemos visto (y así lo proclamamos) que Dios Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.

1 Juan 4:2

La presencia del Espíritu de Dios se reconoce en esto: todo espíritu que procede de Dios confiesa que Jesucristo se encarnó en cuerpo mortal, asumiendo nuestra naturaleza humana.

1 Juan 5:11

Y en esto consiste el testimonio: en que Dios nos ha concedido vida eterna, la vida que está en su Hijo.

1 Juan 5:13

A vosotros, que creéis en el Hijo de Dios e invocáis su nombre, os he escrito estas cosas para que sepáis que tenéis vida eterna;

1 Juan 5:20

pero nos consta que Cristo, el Hijo de Dios, ha acudido en nuestro auxilio, y que nos ha dado la necesaria inteligencia para conocer al Dios verdadero. Y en él estamos, en el verdadero, porque estamos en su Hijo Jesucristo. ¡Él es el Dios verdadero y la vida eterna!