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Lucas 5:21 - Biblia del Siglo de Oro

21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: «¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 De inmediato los maestros de la Ley y los fariseos empezaron a pensar: '¿Cómo puede blasfemar de este modo? ¿Quién puede perdonar los pecados fuera de Dios?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y los escribas y los fariseos comenzaron a razonar para sí: ¿Quién es éste que habla tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Los escribas y los fariseos comenzaron a pensar: 'Pero ¿quién es éste, que está diciendo blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios solo?'.

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Lucas 5:21
23 Referans Kwoze  

Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias,


Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.


Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah


Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose.


»Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.


»Yo, yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.


Yo deshice como a una nube tus rebeliones y como a una niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí».


¡Oye, Señor! ¡Señor, perdona! ¡Presta oído, Señor, y hazlo! No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo”.


De Jehová, nuestro Dios, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado


El que blasfeme contra el nombre de Jehová ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará. Tanto el extranjero como el natural, si blasfema contra el Nombre, que muera.


Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades y echará a lo profundo del mar todos nuestros pecados.


Entonces el Sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: —¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Ahora mismo habéis oído su blasfemia.


Entonces algunos de los escribas se decían a sí mismos: «Este blasfema».


Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.


Aconteció un día que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la Ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.


Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, les preguntó: —¿Qué pensáis en vuestros corazones?


Los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: —¿Quién es este, que también perdona pecados?


Le respondieron los judíos, diciendo: —Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios.


¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.


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