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Levítico 17:11 - Biblia del Siglo de Oro

11 porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 porque la vida del cuerpo está en la sangre. Les he dado la sangre sobre el altar con el fin de purificarlos, para hacerlos justos ante el Señor. Es la sangre, dada a cambio de una vida, la que hace posible la purificación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, porque es la sangre, en razón de la vida, la que hace expiación.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para que expíe por vuestras vidas, pues es la sangre la que expía por la vida.

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Levítico 17:11
24 Referans Kwoze  

Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis,


Entonces degollará el becerro en la presencia de Jehová; los hijos de Aarón, los sacerdotes, ofrecerán la sangre y la rociarán sobre los lados del altar, el cual está a la puerta del Tabernáculo de reunión.


»Hará traer Aarón el becerro destinado a su propia expiación, hará la reconciliación por sí y por su casa, y lo degollará como sacrificio de expiación.


»Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: “Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que habita entre vosotros comerá sangre”.


porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los hijos de Israel: “No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, y cualquiera que la coma será eliminado”.


El sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la expiación, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.


Luego quemará toda su grasa sobre el altar, como la grasa del sacrificio de paz. Así hará el sacerdote expiación por él, por su pecado, y obtendrá perdón.


y Moisés lo degolló. Tomó entonces la sangre y la untó con sus dedos sobre los cuernos y alrededor del altar, para purificarlo, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. Así lo santificó para reconciliar sobre él.


como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.


porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados.


Y les dijo: —Esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada.


a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,


Con mucha más razón, habiendo sido ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira,


En él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,


Solamente que te mantengas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida junto con la carne.


en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.


y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.


Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.


Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.


elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.


Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.


Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre


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