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Juan 7:26 - Biblia del Siglo de Oro

26 Pues mirad, habla públicamente y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad las autoridades que este es el Cristo?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

26 Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que este es el Cristo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Sin embargo, está aquí hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que nuestros líderes ahora creen que es el Mesías?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Pues ahí lo tienen hablando con toda libertad y no le dicen nada. ¿Será tal vez que nuestros dirigentes han reconocido que él es el Mesías?

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Mirad, habla con libertad, y nada le dicen. ¿Será posible° que los gobernantes hayan reconocido que éste es el Ungido?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Pues ahí está hablando con toda libertad, y nadie le dice nada. ¿Habrán reconocido realmente las autoridades que éste es el Cristo?

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Juan 7:26
21 Referans Kwoze  

Huye el malvado sin que nadie lo persiga, pero el justo está confiado como un león.


No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra la justicia. Las costas esperarán su ley».


Y le enviaron sus discípulos junto con los herodianos, diciendo: —Maestro, sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios, y no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.


Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,


Pero los fariseos y los intérpretes de la Ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, y no quisieron ser bautizados por Juan.


A pesar de eso, muchos, incluso de los gobernantes, creyeron en él, pero no lo confesaban por temor a los fariseos, para no ser expulsados de la sinagoga,


Jesús le respondió: —Yo públicamente he hablado al mundo. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.


Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos.


—Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?


Decían entonces unos de Jerusalén: —¿No es a este a quien buscan para matarlo?


Y muchos de la multitud creyeron en él y decían: —El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que este hace?


¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?


Esto dijeron sus padres porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesaba que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga.


Entonces viendo la valentía de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se admiraban; y les reconocían que habían estado con Jesús.


Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.


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