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Génesis 16:6 - Biblia del Siglo de Oro

6 Respondió Abram a Sarai: —Mira, tu sierva está en tus manos. Haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, Agar huyó de su presencia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Abram respondió: —Mira, ella es tu sierva, así que haz con ella como mejor te parezca. Entonces Sarai comenzó a tratar a Agar con tanta dureza que al final ella huyó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Abram le contestó: 'Ahí tienes a tu esclava, haz con ella como mejor te parezca. Y como Saray la maltratara, ella huyó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y dijo Abram a Saray: He aquí, tu sierva está en tus manos. Haz con ella lo que bien te parezca.° Entonces Saray la afligió, y ella huyó de su presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Respondió Abrán a Saray: 'Mira, tuya es la esclava; haz con ella lo que mejor te parezca'. Saray la maltrataba y entonces ella huyó.

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Génesis 16:6
15 Referans Kwoze  

Le dijo el ángel de Jehová: —Vuélvete a tu señora y ponte sumisa bajo su mano.


El criado tomó diez camellos de los de su señor, y se fue, no sin antes escoger toda clase de regalos de lo mejor que tenía su señor; se puso en camino y llegó a la ciudad de Nacor, en Mesopotamia.


Dijo Jehová a Satanás: —Él está en tus manos; pero guarda su vida.


Cuando el faraón oyó acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de la presencia del faraón y habitó en la tierra de Madián. Allí se sentó junto a un pozo.


El que tarda en airarse es grande de entendimiento; el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad.


La respuesta suave aplaca la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor.


Cual ave errante lejos de su nido es el hombre errante lejos de su hogar.


Al siervo no se le corrige con palabras, porque entiende, pero no hace caso.


Aunque el ánimo del príncipe se exalte contra ti, no pierdas la calma, porque la mansedumbre hace cesar grandes ofensas.


Dijo el rey Sedequías: «Él está en vuestras manos, pues el rey nada puede hacer contra vosotros».


Ahora, pues, estamos en tus manos; lo que te parezca bueno y recto hacer de nosotros, hazlo.


Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.


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