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Esdras 9:3 - Biblia del Siglo de Oro

3 Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, me arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Al oír esto, me rasgué el manto y la camisa, me arranqué el pelo de la cabeza y de la barba, y me senté completamente horrorizado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Al oír eso rasgué mi túnica y mi manto, me arranqué los cabellos y la barba y muy conmovido me fui a sentar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Al oír esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado.

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Esdras 9:3
21 Referans Kwoze  

Entonces David, tirando de sus vestidos, los rasgó, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.


Entonces el mayordomo Eliaquim hijo de Hilcías, el escriba Sebna, y el canciller Joa hijo de Asaf, fueron a ver a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le contaron las palabras del copero mayor.


Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días, ayuné y oré delante del Dios de los cielos.


Reñí con ellos y los maldije, hice azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos, y les hice jurar, diciendo: «No daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.


Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró


Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos que abandonan tu Ley.


Mi espíritu se angustió dentro de mí; está desolado mi corazón.


Decid a Dios: «¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.


Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada y toda barba rasurada.


No tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras.


¡Córtate el cabello, arrójalo y levanta llanto sobre las alturas, porque Jehová ha aborrecido y dejado a la generación objeto de su ira!


Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté junto con ellos. Allí, durante siete días, permanecí atónito entre ellos.


Se ceñirán también de ropa áspera y los cubrirá el terror; en todo rostro habrá vergüenza y todas sus cabezas estarán rapadas.


Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: —Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: —Señor mío, el sueño sea para tus enemigos y su interpretación para los que mal te quieren.


»Yo, Daniel, quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días. Cuando me levanté, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía».


»No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán incisiones.


Arráncate los cabellos, córtalos, por los hijos que tanto amas; hazte calvo como el buitre, porque van al cautiverio lejos de ti».


Entonces Josué rompió sus vestidos y se postró en tierra sobre su rostro delante del Arca de Jehová hasta caer la tarde, junto con los ancianos de Israel, y se echaron polvo sobre sus cabezas.


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