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2 Corintios 1:3 - Biblia del Siglo de Oro

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

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Biblia Reina Valera 1960

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo!

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2 Corintios 1:3
26 Referans Kwoze  

y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos». Y le dio Abram los diezmos de todo.


Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: «Bendito seas tú, Jehová, Dios de Israel, nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.


Y esto es lo que dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: —Levantaos y bendecid a Jehová, vuestro Dios: »Desde la eternidad y hasta la eternidad sea bendecido tu nombre glorioso, que supera toda bendición y alabanza.


y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!».


¡Viva Jehová y bendita sea mi roca! Y enaltecido sea el Dios de mi salvación,


Temible eres, Dios, desde tus santuarios. El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios.


¡Bendito su nombre glorioso para siempre! ¡Toda la tierra sea llena de su gloria! ¡Amén y amén!


Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad,


porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.


Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén recibiréis consuelo».


«Al fin del tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y mi razón me fue devuelta; bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre: »“Su dominio es sempiterno; su reino, por todas las edades.


De Jehová, nuestro Dios, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado


»¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en la misericordia.


Jesús le dijo: —¡Suéltame!, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve a mis hermanos y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”.


El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.


Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito;


para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él;


Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,


y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.


Siempre que oramos por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,


Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.


Cualquiera que se extravía y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo.


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