Proverbios 27 - Biblia Nueva Versión Internacional 20221 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá. 2 No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben. 3 Pesada es la piedra y pesada es la arena, pero más pesada aún es la ira del necio. 4 Cruel es la furia y arrolladora la ira, pero ¿quién puede enfrentarse a los celos? 5 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. 6 Más confiable es el amigo que hiere que los abundantes besos del enemigo. 7 Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce. 8 Como ave que se aleja del nido es el hombre que se aleja del hogar. 9 El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de un amigo proviene de su consejo sincero. 10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; ni vayas a la casa de tu hermano el día que tengas una desgracia. Más vale vecino cercano que hermano distante. 11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder al que me desprecie. 12 El prudente ve el peligro y busca refugio; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. 13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; retenla en garantía si la da en favor de desconocidos. 14 La mejor bendición se juzga como maldición si se da a gritos y de madrugada. 15 La mujer pendenciera es gotera constante en un día lluvioso. 16 Quien la domine podrá dominar el viento y retener aceite en la mano derecha. 17 El hierro se afila con el hierro y el hombre en el trato con el hombre. 18 El que cuida de la higuera comerá de sus higos y el que vela por su amo recibirá honores. 19 El agua refleja el rostro; el corazón refleja la persona. 20 La Muerte y el Destructor jamás se dan por satisfechos, y tampoco los ojos del hombre. 21 En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el pueblo. 22 Aunque al necio lo muelas, lo remuelas y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad. 23 Asegúrate de saber cómo está tu ganado; cuida mucho de tus rebaños; 24 pues las riquezas no son eternas ni la corona está siempre segura. 25 Cuando se limpien los campos y brote el verdor y en los montes se recoja la hierba, 26 las ovejas te darán para el vestido y las cabras para comprar un campo; 27 tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú, tu familia, y tus criadas. |
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