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Amós 7 - La Palabra (versión española)


II. Libro de las visiones (7–9) Primera visión: las langostas

1 Esto me mostró el Señor Dios: comenzaba a crecer la hierba, la que brota a continuación de la que se corta para el rey, cuando [Dios] preparó una plaga de langostas.

2 Al verlas dispuestas a devorar toda la hierba del país, dije: «Perdona, te lo ruego, Señor mi Dios, pues, ¿cómo podrá resistir Jacob, siendo como es tan pequeño?».

3 Se arrepintió de ello el Señor y dijo: «Eso no sucederá» —aseguró el Señor.


Segunda visión: el fuego

4 El Señor Dios me mostró otra visión: convocaba el Señor Dios a un juicio por fuego; [el fuego] había devorado al gran abismo y amenazaba con devorar al territorio.

5 Entonces dije: «Señor Dios, detente, te lo pido por favor; pues, ¿cómo podrá resistir Jacob, siendo como es tan pequeño?».

6 Se arrepintió de ello el Señor y dijo: «Tampoco eso sucederá» —aseguró el Señor Dios.


Tercera visión: la plomada

7 [El Señor] me mostró otra visión: estaba mi Dios sobre una muralla, sosteniendo con la mano una plomada.

8 El Señor preguntó: «¿Qué ves Amós?». Yo respondí: «Veo una plomada». Entonces mi Dios replicó: «Pues yo aplicaré una plomada a Israel y no le toleraré [un pecado] más.

9 Serán devastados los altozanos de Isaac, arrasados los santuarios de Israel; entonces pelearé espada en mano contra la dinastía de Jeroboán».


Amós y Amasías

10 Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboán, rey de Israel: «Amós anda conspirando contra ti en medio de Israel y el país no puede tolerar más sus palabras, pues anda diciendo que

11 Jeroboán morirá a espada y todo Israel será deportado lejos de su tierra».

12 Así que Amasías dijo a Amós: —Vete, vidente, y ponte a salvo en el país de Judá donde puedes ganarte el pan profetizando allí.

13 Pero no vuelvas a profetizar en Betel porque aquí está el santuario del rey, el templo real.

14 Amós respondió a Amasías: —Yo no soy un profeta de profesión. Yo estaba al cuidado del ganado y cultivaba higueras.

15 Pero el Señor me hizo dejar el rebaño y me dijo: Vete a hablar de mi parte a mi pueblo Israel.

16 Ahora pues, escucha la palabra del Señor: Tú dices: «¡No hables de parte de Dios contra Israel, no pronuncies oráculos contra la estirpe de Isaac!».

17 Pues así habla el Señor: Tu mujer ejercerá de prostituta en plena ciudad; tus hijos e hijas sucumbirán a filo de espada; echarán a suertes tus tierras y tú morirás en un territorio impuro. Israel será deportado sin remedio lejos de su tierra.

La Palabra (BLP) versión española Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso

Bible Society of Spain
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