2 Samuel 24 - La Palabra (versión española)El censo de David (1 Cr 21) 1 El Señor volvió a enojarse con Israel e instigó a David para que les causara daño, diciéndole: —Haz el censo de Israel y de Judá. 2 El rey ordenó a Joab, jefe de su ejército: —Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba y haz el censo de la población, para que pueda conocer su número. 3 Joab replicó al rey: —Que el Señor, tu Dios, multiplique por cien la población y que el rey, mi señor, pueda verlo con sus propios ojos. Pero ¿por qué quiere el rey hacer tal cosa? 4 Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre el parecer de Joab y el de los jefes del ejército. Así que Joab y los jefes del ejército se retiraron de la presencia del rey para ir a censar a la población de Israel. 5 Cruzaron el Jordán y se detuvieron en Aroer, al sur de la ciudad que está situada junto al torrente de Gad, en dirección a Jazer. 6 Llegaron a Galaad y al país de Jodsí; luego llegaron a Dan y de allí giraron hacia Sidón. 7 Después llegaron a la fortaleza de Tiro y a todas las poblaciones de los jeveos y los cananeos. Finalmente se dirigieron al sur de Judá, llegando hasta Berseba. 8 Así recorrieron todo el país y, al cabo de nueve meses y veinte días, regresaron a Jerusalén. 9 Joab entregó al rey las cifras del censo de la población: en Israel había ochocientos mil guerreros, diestros con la espada; y en Judá, quinientos mil. 10 Después de haber hecho el censo de la población, a David le remordió la conciencia y dijo al Señor: —He cometido un grave delito haciendo esto. Ahora, Señor, perdona la culpa de tu siervo, pues he sido muy insensato. 11 A la mañana siguiente, cuando David se levantó, el Señor dirigió al profeta Gad, vidente de David, este mensaje: 12 —Ve a decir a David: «Esto dice el Señor: Te propongo tres castigos; elige uno de ellos y yo lo llevaré a cabo». 13 Gad fue a ver a David y le dijo: —¿Qué prefieres: siete años de hambre en tu territorio, tres meses de huida perseguido por tu adversario, o tres días de peste en tu territorio? Piénsatelo y decide qué debo responder a quien me ha enviado. 14 David respondió a Gad: —Me pones en un gran aprieto. Pero es preferible caer en manos de Dios, por su gran compasión, a caer en manos humanas. 15 El Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella mañana hasta el plazo fijado, y desde Dan hasta Berseba murieron setenta mil personas del pueblo. 16 Cuando el ángel extendía su mano para castigar a Jerusalén, el Señor se arrepintió del castigo y dijo al ángel que aniquilaba a la población: —¡Basta ya! ¡Retira tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo. 17 Cuando David vio al ángel exterminando a la población, dijo al Señor: —¡Soy yo el que he pecado, yo soy el culpable! ¿Qué ha hecho este rebaño? ¡Descarga tu mano contra mí y contra mi familia! 18 Aquel mismo día Gad se presentó a decir a David: —Sube a construir un altar al Señor en la era de Arauná, el jebuseo. 19 David fue a hacer lo que le había dicho Gad por orden del Señor. 20 Arauná se asomó y, cuando vio que el rey y sus servidores se dirigían hacia él, salió e hizo una reverencia al rey con su rostro hacia el suelo. 21 Luego Arauná preguntó: —¿A qué se debe la visita de mi señor, el rey, a su servidor? David le respondió: —Vengo a comprarte la era para construirle un altar al Señor, a ver si se aleja del pueblo esta plaga. 22 Arauná le dijo: —Que mi señor el rey tome y ofrezca lo que le parezca mejor. Ahí están los bueyes para el holocausto y las trillas y los yugos para el fuego. 23 Todo esto, majestad, se lo entrega Arauná al rey. Y añadió: —¡Que el Señor, tu Dios, te bendiga! 24 Pero el rey respondió a Arauná: —No. Quiero comprártela a su precio. No quiero ofrecer al Señor sacrificios de balde. Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. 25 Luego David construyó allí un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Entonces el Señor se compadeció del país y la plaga se alejó de Israel. |
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