1 Samuel 16 - La Palabra (versión española)III. El ascenso de David al trono (1 Sm 16–2 Sm 1) Unción de David (16,1-13) 1 El Señor dijo a Samuel: —¿Hasta cuándo vas a seguir llorando por Saúl, si yo mismo lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite y prepárate que voy a enviarte a Jesé, el de Belén, pues me he elegido un rey entre sus hijos. 2 Samuel replicó: —¿Cómo me las arreglo para ir? Si Saúl se entera me matará. Y Dios le respondió: —Llévate contigo una novilla y dices que vas a ofrecer un sacrificio al Señor. 3 Luego invitas a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás a quien yo te indique. 4 Samuel hizo tal y como le había dicho el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron preocupados a recibirlo y le dijeron: —¡Bienvenido! 5 Samuel respondió: —¡Salud! Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio. Samuel purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. 6 Cuando llegaron, vio a Eliab y pensó: —Aquí está el ungido del Señor. 7 Pero el Señor le dijo: —No valores solo su aspecto y su buena planta, porque yo lo he descartado. Aquí no valen miras humanas. Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón. 8 Jesé llamó a Abinadab y lo presentó a Samuel, que dijo: —A este tampoco lo ha elegido el Señor. 9 Jesé le presentó a Samá, y Samuel volvió a decir: —Tampoco a este lo ha elegido el Señor. 10 Jesé le presentó a sus siete hijos, pero Samuel le dijo: —El Señor no ha elegido a ninguno de estos. 11 Luego preguntó a Jesé: —¿No te quedan más hijos? Y Jesé le respondió: —Falta el más pequeño, que está guardando el rebaño. Y Samuel le dijo: —Manda a buscarlo, pues no comenzaremos hasta que venga. 12 Jesé mandó traerlo. Era sonrosado, de hermosos ojos y bien parecido. El Señor le dijo: —Prepárate a ungirlo porque es este. 13 Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió ante sus hermanos. Y a partir de aquel día el espíritu del Señor acompañó a David. Luego Samuel emprendió el regreso a Ramá. David en la corte de Saúl (16,14–20,42) David introducido en la corte 14 El espíritu del Señor se había apartado de Saúl y lo atormentaba un mal espíritu, enviado por el Señor. 15 Sus servidores le dijeron: —Ya ves que te está atormentando un mal espíritu. 16 Permite a tus siervos que busquemos a alguien que sepa tocar el arpa. Así, cuando te sobrevenga el mal espíritu, él tocará y te sentirás mejor. 17 Saúl les ordenó: —Buscadme a alguien que toque bien y traédmelo. 18 Entonces uno de los servidores le dijo: —Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que sabe tocar y que además es valiente, buen guerrero, elocuente, atractivo y el Señor está con él. 19 Saúl mandó emisarios a decir a Jesé: —Envíame a tu hijo David, el que está con el rebaño. 20 Jesé preparó un asno, tomó pan, un pellejo de vino y un cabrito y se los envió a Saúl con su hijo David. 21 David llegó y se presentó ante Saúl. Este le tomó mucho cariño y lo hizo su escudero. 22 Luego mandó decir a Jesé: —Deja que David se quede a mi servicio, pues me ha caído bien. 23 Y cuando el mal espíritu atacaba a Saúl, David tomaba el arpa y se ponía a tocar. Entonces Saúl se calmaba, se sentía mejor y se le pasaba el mal espíritu. |
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