Jueces 3 - Biblia Lenguaje BásicoLos pueblos que quedaban en Canaán 1-5 Eran ya muchos los israelitas que no habían conocido los tiempos de la conquista de Canaán. Por eso Dios dejó algunos pueblos cananeos, para que los israelitas que nunca habían combatido aprendieran a luchar. Dejó a cinco jefes filisteos, a todos los cananeos, a los sidonios y a los jeveos que vivían en el monte Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta el Paso de Jamat. Además, dejó a los hititas, amorreos, fereceos y jebuseos. Con esos pueblos Dios también puso a prueba a los israelitas, para ver si obedecían las órdenes que él había dado por medio de Moisés. Pero los israelitas no obedecieron, sino que permitieron 6 que sus hijos y sus hijas se casaran con gente de esos pueblos, y que adoraran a sus dioses. Otoniel 7 Los israelitas se olvidaron de Dios y pecaron contra él, adorando las estatuas de Baal y de Astarté. 8 Por eso Dios se enfadó y permitió que los conquistara Cusán Risatáin, que era rey de Mesopotamia. Después de ocho años de esclavitud, 9 los israelitas le suplicaron a Dios que los salvara, y él les dio como libertador a Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb. 10 El espíritu de Dios actuó sobre Otoniel, y este guio a los israelitas en su lucha contra Cusán Risatáin al que derrotó con la ayuda de Dios. 11 Después de esto hubo cuarenta años de paz en la región, hasta que murió Otoniel. Ejud 12 Como los israelitas volvieron a pecar contra Dios, él le dio a Eglón, rey de Moab, más poder que a ellos. 13 Para atacarlos, Eglón se unió con los amonitas y los amalecitas, y se apoderó de Jericó. 14 Después de dieciocho años de esclavitud, los israelitas 15-16 suplicaron a Dios que los salvara, y él les envió a Ejud hijo de Guerá, que era zurdo y pertenecía a la tribu de Benjamín. Ejud era el encargado de llevar a Eglón los impuestos que los israelitas debían pagarle. Ejud hizo un puñal de doble filo, de unos cincuenta centímetros de largo, y como era zurdo se lo colocó al lado derecho, ocultándolo bajo sus ropas. 17-20 Luego se fue a llevar los impuestos al rey Eglón que era un hombre muy gordo. Después de entregarle los impuestos, Ejud y sus hombres salieron de allí. Pero cuando se encontraban cerca de Guilgal, en el lugar llamado Los Ídolos, Ejud se despidió de su gente y regresó adonde estaba el rey Eglón a quien encontró sentado en su sala de verano. Ejud le dijo: —Majestad, tengo un mensaje secreto para ti. El rey ordenó a sus servidores que salieran. Entonces Ejud se acercó al rey, y le dijo: —El mensaje que traigo es de parte de Dios. Al oír eso el rey se puso de pie. 21-22 Ejud tomó con su mano izquierda el puñal que llevaba al lado derecho y se lo clavó al rey con tanta fuerza que el puñal quedó enterrado en la grasa del vientre. Como Eglón era tan gordo, toda la espada quedó atorada en su gordura. 23 Después Ejud cerró con llave las puertas de la sala de verano, salió por una ventana 24 y se fue. Cuando los servidores del rey volvieron y encontraron las puertas cerradas con llave, pensaron que Eglón estaba haciendo sus necesidades. 25 Esperaron afuera un buen rato, pero como el rey no salía, comenzaron a preocuparse. Entonces abrieron las puertas, y encontraron a su rey tendido en el suelo y sin vida. 26 Mientras los servidores esperaban, Ejud se había escapado. Pasó por donde estaban las estatuas de los ídolos, y se refugió en Seirá. 27 Al llegar a las montañas de la tribu de Efraín, tocó la trompeta para reunir a los israelitas. Cuando bajaron de las montañas, Ejud se puso frente a ellos, 28 y les dijo: —¡Seguidme! ¡Con la ayuda de Dios venceremos a los moabitas! Los israelitas lo siguieron, y se apoderaron de los vados del río Jordán que permiten cruzar hasta Moab, y no dejaron pasar a nadie. 29-30 Y aunque los moabitas eran fuertes y valientes, aquel día murieron unos diez mil de sus mejores soldados. ¡Ninguno pudo escapar! A partir de aquel día Moab quedó sometido a Israel que vivió en paz durante ochenta años. Sangar 31 El siguiente jefe fue Sangar, hijo de Anat, quien con una vara con punta de metal, mató a seiscientos filisteos. De esa manera salvó al pueblo de Israel. |