Jeremías 21 - Biblia Lenguaje BásicoLa oración de Sedecías 1-3 El rey Sedecías envió a Pasjur, hijo de Malaquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a que dijeran al profeta Jeremías: —Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos está atacando. Por favor, pide a Dios que haga uno de sus milagros en favor nuestro, para que ese rey deje de atacarnos. Jeremías les respondió: —Decid al rey Sedecías 4 de parte del Dios de Israel: «El rey de Babilonia y sus soldados están rodeando y atacando la ciudad de Jerusalén. Frente a sus ataques, tus tropas retrocederán y se refugiarán en la ciudad. 5 Es más, yo mismo voy a luchar contra vosotros, y lo haré con todo mi poder y con toda mi furia porque ya me tenéis harto. 6 Voy a mandaros una enfermedad terrible, que matará a todos los que viven en esta ciudad, tanto personas como animales. 7 A ti, Sedecías, y a tus oficiales, los pondré en manos de Nabucodonosor y de su ejército. También le entregaré la gente que no haya muerto por la enfermedad, la guerra o el hambre. Os aseguro que ese rey los matará sin compasión». 8 En cuanto a este pueblo le dirás de mi parte: «A todos los que viven en Jerusalén les daré a elegir entre la vida y la muerte. 9 Los que se queden en la ciudad morirán víctimas de la guerra, o los matará la enfermedad y el hambre. Solo se salvarán si salen y se rinden a los babilonios. 10 Porque he decidido fijarme en esta ciudad y no para bien, sino para mal. Se la voy a entregar al rey de Babilonia para que la destruya con fuego. Soy yo, Dios, quien lo asegura». Mensaje sobre la casa real de Judá 11-12 A los descendientes del rey David diles que presten atención a mis palabras. Este es mi mensaje para ellos: Prestad atención a mis palabras, que os mandan practicar la justicia y proteger a los que son maltratados. Si no lo hacéis así, mi ira arderá como un fuego y, por causa de vuestras maldades, nadie podrá apagarlo. 13 Habitantes de Jerusalén, yo estoy muy airado con vosotros. Creéis que Jerusalén, por estar en el monte, es la más fuerte de la región. Creéis que nadie puede conquistarla ni destruir sus murallas. 14 Pues yo os daré lo que merecen vuestras acciones. Prenderé fuego al bosque de la ciudad y ese fuego destruirá todo lo que hay a su alrededor. Soy yo, Dios, quien lo asegura. |