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1 Samuel 13 - Biblia Lenguaje Básico


Historia del rey Saúl (13.1–15.35) Guerra contra los filisteos

1 Saúl ya era adulto cuando empezó a reinar.

2 Llevaba algunos años reinando cuando eligió a tres mil hombres de Israel para formar su propio ejército. De ellos, dos mil estaban con él en Micmás y en las colinas de Betel, y los otros mil estaban con su hijo Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de los israelitas los mandó de vuelta a su casa.

3 Jonatán atacó y destruyó un cuartel filisteo que estaba en Guibeá. Como los filisteos se enteraron de este ataque, Saúl mandó tocar la trompeta por todo el país para poner en alerta a los israelitas.

4 Y es que al saber que Saúl había destruido un cuartel filisteo, los israelitas pensaron que serían atacados por los filisteos; así que se reunieron en torno a Saúl en Guilgal.

5 Y así sucedió, los filisteos se reunieron para atacar a los israelitas. Llegaron treinta mil carros de guerra, seis mil soldados de caballería, y un ejército que ni siquiera se podía contar. Todos ellos acamparon en Micmás, al este de Bet-Avén.

6 Muchos israelitas pensaron que no podrían vencer al ejército filisteo, así que se escondieron en cuevas, entre rocas y peñascos y, dentro de pozos secos;

7 incluso no faltaron algunos que cruzaron el río Jordán y se fueron a la tierra de Gad y de Galaad. Saúl se quedó en Guilgal, pero todos en su ejército estaban temblando de miedo.

8 Allí en Guilgal Saúl esperó a Samuel siete días. Pero al ver Saúl que Samuel no llegaba y que los de su ejército comenzaban a huir,

9 ordenó: —Traedme los animales para el sacrificio y las ofrendas de paz que vamos a presentar a Dios. Y Saúl mismo ofreció el sacrificio.

10 Acababa de ofrecerlo cuando Samuel llegó. Al verlo, Saúl fue a saludarlo; pero Samuel le dijo:

11-12 —¿Qué es lo que has hecho? Y Saúl le respondió: —Es que mis soldados ya me estaban abandonando, y tú no llegabas, como prometiste hacerlo. Por eso tuve que presentar las ofrendas para pedir la ayuda de Dios. Además, los filisteos ya estaban en Micmás, listos para venir a Guilgal y atacarme.

13 Pero Samuel le dijo: —¡Has actuado como un insensato! Si hubieras obedecido la orden de tu Dios, tu reino habría durado para siempre.

14 Pero, como no lo has hecho, tu reino no durará mucho tiempo. Dios ya ha buscado un hombre que le sea fiel; él será el jefe de su pueblo ya que tú has desobedecido sus órdenes.

15-16 Dicho esto, Samuel se alejó de Guilgal y se fue a Guibeá de Benjamín. Saúl contó a los soldados que aún estaban con él, y eran como seiscientos. Junto con su hijo Jonatán y con los soldados que permanecieron a su lado, acampó en Guibeá de Benjamín.

17 Mientras tanto, los filisteos que acampaban en Micmás, dividieron su ejército en tres grupos; uno de ellos se fue hacia Ofrá, cerca de Sual; el otro se dirigió a Bet Jorón,

18 y el tercero se fue hacia la frontera que está en el valle de Seboín, en el camino al desierto.

19-22 Entre los israelitas no había quien trabajara el hierro. Los filisteos no se lo permitían, por temor a que se hicieran espadas y lanzas de ese metal. Ni siquiera tenían con qué afilar las rejas de sus arados, sus azadones, hachas y picos. Por eso tenían que ir al país de los filisteos y pagarles mucho dinero para que les afilaran sus herramientas. El día de la batalla los únicos que tenían una espada y una lanza eran Saúl y Jonatán.

23 Mientras tanto, una parte del ejército de los filisteos avanzó hacia el paso a Micmás.

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