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1 Reyes 11 - Biblia Lenguaje Básico


Salomón desobedece a Dios

1-3 Además de la hija del faraón, Salomón se enamoró de otras muchas mujeres extranjeras procedentes de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y del país de los hititas. En concreto tuvo setecientas esposas que eran princesas y otras trescientas mujeres con las que mantuvo relaciones ocasionales. Dios había dicho a los israelitas en relación con las mujeres extranjeras: «No os caséis con ellas, pues ellas os harán adorar a sus dioses». Y así, en efecto, sucedió.

4-8 Cuando Salomón llegó a viejo, esas mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses. Salomón adoró a la diosa de los sidonios llamada Astarté, y en la montaña que hay frente a Jerusalén construyó un santuario en honor de Quemós, que era el dios de Moab, y en honor de Milcón, que era el dios de los amonitas. También edificó lugares para que sus mujeres ofrecieran sacrificios de animales a sus dioses y quemaran incienso. Salomón, pues, no obedeció a Dios y no se comportó con él tan fielmente como lo había hecho David, su padre.

9-10 Por eso Dios se enfadó con Salomón, pues aunque se le había aparecido dos veces y le había ordenado que no adorara a otros dioses, Salomón se alejó del Dios de Israel y no le quiso hacer caso.

11 Así que Dios le dijo: —Te has comportado mal y no has obedecido mis órdenes. Por eso voy a quitarte el reino y se lo daré a uno de tus servidores.

12-13 Sin embargo, no lo haré mientras tú vivas, sino cuando tu hijo te suceda como rey; y tampoco le quitaré todo el reino, sino que por amor a tu padre David y a la ciudad de Jerusalén que yo he elegido, lo dejaré reinar sobre una tribu.


Los enemigos de Salomón

14-16 Hadad, que era descendiente de los reyes de Edom, declaró la guerra a Salomón, pues así lo permitió Dios. Resulta que años atrás, cuando David derrotó a Edom, Joab, que era el general del ejército, con la disculpa de ir a enterrar a los que habían muerto en la batalla, se quedó allí con todo el ejército israelita durante seis meses, hasta que logró matar a todos los hombres de Edom.

17-18 Pero Hadad, que era solo un muchacho, logró escapar junto con algunos de los servidores edomitas de su padre. Salieron de Madián y llegaron a Parán, en donde se les unieron algunos hombres que los ayudaron a llegar a Egipto. Allí el faraón les dio casa, tierras y comida.

19 Hadad se hizo amigo del faraón y este le dio como esposa a su cuñada, la hermana de la reina Tajfnes.

20 Hadad y su mujer tuvieron un hijo al que llamaron Guenubat, y a quien la reina Tajfnes crio y educó en el palacio del faraón junto con sus propios hijos.

21 Pero cuando Hadad se enteró de que habían muerto David y el general Joab, dijo al faraón: —Dame permiso para regresar a mi país.

22 El faraón le contestó: —¿Por qué quieres volver a tu país? ¡Aquí nada te falta! Hadad le respondió: —Aun así, te ruego que me dejes ir. De modo que regresó, recuperó el reino de Edom y declaró la guerra a Israel.

23 Dios también permitió que Rezón, el hijo de Elyada, se pusiera en contra de Salomón. Rezón era un oficial de Adadézer, rey de Sobá, y se había escapado de su amo

24 para convertirse en el jefe de una banda de ladrones. Como David no paraba de perseguirlos, Rezón se fue a vivir a la ciudad de Damasco donde consiguió que lo nombraran rey.

25 Mientras Salomón vivió, Rezón fue también enemigo declarado de Israel.


Salomón y Jeroboán

26 Otro siervo de Salomón que se rebeló contra él fue Jeroboán. Pertenecía Joroboán a la tribu de Efraín y había nacido en la ciudad de Seredá. Su madre era una viuda llamada Seruá.

27 Esto fue lo que sucedió entre Jeroboán y Salomón: El rey estaba construyendo el terraplén para salvar el desnivel de la ciudad de su padre David.

28 Jeroboán era muy fuerte y trabajador, y cuando Salomón se dio cuenta de esto, le encargó vigilar los trabajos forzados que hacían los que habían sido traídos del territorio de Efraín y Manasés.

29 Un día en que Jeroboán salió de Jerusalén, se encontró con el profeta Ajías, que era de Siló. El profeta se había puesto un manto nuevo. Los dos estaban solos en el campo.

30 Entonces Ajías tomó su manto nuevo, lo dividió en doce partes

31 y le dijo a Jeroboán: —Estas diez partes son para ti porque así dice el Dios de Israel: «Voy a quitar el reino a Salomón y a ti te haré rey de diez tribus.

32 A Salomón le dejará únicamente una tribu, y esto lo haré por amor a David, mi fiel servidor, y a Jerusalén, la ciudad que eligí para todas las tribus de Israel.

33 Porque Salomón me ha abandonado y ha adorado a la diosa de los sidonios llamada Astarté, al dios de Moab llamado Quemós, y al dios de los amonitas, cuyo nombre es Milcón. Y es que Salomón no ha hecho lo que me agrada ni ha obedecido mis mandamientos, como sí lo hizo su padre David.

34 Pero, por amor a David, mi fiel servidor, a quien elegí y quien me obedeció en todo, no quitaré el reino a Salomón mientras viva;

35 se lo quitaré a su hijo dándote diez tribus a ti.

36 Dejaré que el hijo de Salomón reine sobre una tribu, para que siempre haya alguien de la familia de David que reine en Jerusalén, la ciudad que elegí para habitar y ser adorado en ella.

37 Te pondré, pues, a ti como rey de Israel para que ejerzas tu reinado como quieras.

38 Si me eres fiel y obedeces todos mis mandamientos como lo hizo David, mi fiel servidor, yo te ayudaré en todo, haré que tus descendientes conserven el trono real, como he prometido a David, y te entregaré a Israel.

39 Todo esto servirá de humillación para la familia de David, aunque no la castigaré para siempre».

40 Cuando Salomón se enteró de esto, trató de matar a Jeroboán, pero este se escapó a Egipto y se quedó allí hasta que murió Salomón. En ese momento Sisac era el rey de Egipto.


Salomón muere
(2 Cr 9.29-31)

41-42 Salomón fue rey de Israel cuarenta años, y todo ese tiempo vivió en Jerusalén. Todo lo que hizo y toda su sabiduría, se puede leer en el libro de la Historia de Salomón.

43 Cuando murió, lo enterraron en la ciudad de su padre David, y su hijo Roboán le sucedió como rey.

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